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Jaén, Granada y Córdoba han sido los escenarios de la operación Cloroil, en la que la Guardia Civil ha intervenido más de 120 toneladas de aceite de girasol, aguacate y palma que habían sido mezcladas con aromatizantes y colorantes para que el producto resultante pareciera aceite de oliva. En la operación han sido detenidas nueve personas e investigadas otras dos, entre los que se encuentran los propietarios y administradores de cinco empresas privadas relacionadas con la industria oleícola en las provincias citadas anteriormente. A los detenidos se les imputan los presuntos delitos de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública, contra el mercado y los consumidores y falsedad documental.
Según informa la Guardia Civil, la operación se inició a raíz de las reuniones periódicas que mantiene la misma Guardia Civil con los sindicatos agrarios, asociaciones de agricultores y fabricantes de aceite de oliva, bien privados o en régimen de cooperativas, los cuales alertaron a los agentes de la posibilidad de que alguna empresa podría estar manipulando aceite para combustible biodiesel, mediante mezclas, con la intención de distribuirlo posteriormente como aceite de oliva.
Por tal motivo, los agentes establecieron un dispositivo para detectar el movimiento de camiones que transportaran este tipo de producto, pudiendo comprobar que una empresa ubicada de la provincia de Jaén era la destinataria de varios envíos de aceite de girasol procedente de Francia, aceite de palma procedente de Ecuador y aceite de Aguacate procedente de Grecia. Asimismo, se pudo constatar que dicha empresa estaba adquiriendo aromatizantes y colorantes, productos que no son necesarios para la actividad que desarrollaba.
Por tal motivo, la Guardia Civil en coordinación con la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, realizó un registro en las instalaciones de la fábrica y en los espacios administrativos de la empresa, además de la recogida de muestras en otras cuatro empresas ubicadas en las provincias de Jaén, Granada y Córdoba. Fruto de ello, los agentes inmovilizaron 120 toneladas de distintos aceites, aroma de tomillo, aroma de ajo, clorofila magnésica liposoluble al 16%, y numerosa documentación, la cual está siendo analizada.
De la documentación intervenida, se ha podido comprobar la falsificación de albaranes de entrada, salida, cartas de porte, lugar de origen y destino. Con la falsificación de los albaranes y cartas de porte conseguían impedir la trazabilidad de los grandes contenedores utilizados para el transporte de los aceites, los cuales podían tener su origen en la industria alimentaria u otro tipo, lo que implicaba otro peligro para la salud por la posible presencia de residuos perjudiciales.