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El Consejo de Gobierno andaluz ha acordado iniciar la tramitación de la Estrategia Andaluza de Bioeconomía, destinada a impulsar el aprovechamiento integral de los restos y recursos de los sectores agroalimentario, pesquero y forestal como materias primas para la fabricación de productos de valor añadido.
La consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Carmen Ortiz, ha destacado que entre los retos a los que debe hacer frente la sociedad actual se encuentran la necesidad de “garantizar el suministro y reparto justo de los alimentos, mitigar los efectos del cambio climático y reducir el uso de combustibles fósiles”. “Estamos ante un cambio de la economía necesario y urgente en el que aumentar el uso de los recursos renovables deja de ser una opción y se convierte en una necesidad, que para este Gobierno se ha convertido en una prioridad para los próximos años”, ha recalcado Ortiz.
Andalucía ocupa el primer lugar nacional en ámbitos como el de los biocombustibles o la biomasa térmica, que toman como materias primas los restos vegetales y subproductos de la actividad agraria, especialmente del olivar. En el primer ámbito la región cuenta con 11 plantas operativas, siete de ellas de biodiésel, mientras que en el segundo la potencia térmica instalada alcanza los 1.589,5 megawatios. A ello se suman 18 plantas de biomasa vinculadas a residuos agrícolas de invernaderos o viñedos y las 17 instalaciones de biogás ubicadas en vertederos y depuradoras de aguas residuales.
Asimismo, la comunidad ha sido seleccionada este año por la Comisión Europea, junto a otras cinco regiones de Eslovaquia, Bélgica, Reino Unido, Holanda e Irlanda, como ejemplo del desarrollo de este tipo de actividad productiva. A escala continental, la bioeconomía genera un negocio anual de 2.000 millones de euros y el 9% del empleo total de la Unión, y sólo en el ámbito del aprovechamiento energético, Andalucía cuenta con un potencial total de 3.958 kilotoneladas equivalentes de petróleo anuales (el consumo de más de 800.000 personas en un año).
La Estrategia Andaluza de Bioeconomía centrará sus objetivos en consolidar un crecimiento más innovador y con bajas emisiones, que concilie las demandas de gestión sostenible de los sectores agroalimentario, pesquero y forestal, la seguridad alimentaria. Para ello, apuesta por la utilización sostenible de los recursos biológicos renovables y su conversión en productos de valor añadido como alimentos, fibras y bioenergía.