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Ante las recomendaciones de Anierac y Asoliva a sus asociados de exigir certificados de calidad en la compra de virgen y virgen extra, desde la Federación Española de Industriales Fabricantes de Aceite de Oliva, Infaoliva, se muestran “en total desacuerdo”.
Según matizan, la práctica habitual de compra en este sector es compra sobre muestra, es decir analizado el contenido de los depósitos a venderse hace la transacción económica de acuerdo con las características de estos resultados. De dicha muestra, tanto el comprador como el vendedor tienen un testigo, por si se da el caso de dirimir los parámetros. Añaden que los depósitos una vez clasificados y puestos de acuerdo tanto comprador como vendedor son precintados hasta la retirada de los mismos.
En cuanto a la realización de una cata por laboratorios acreditados, si bien se hace, “resulta totalmente imposible la realización de la misma en plazos tan cortos, lo cual conllevaría un costo adicional, así como la imposibilidad de realizar transacciones de una forma rápida del aceite”, señalan desde la Federación. De este modo, añadido a lo anterior, “tanto compradores como vendedores nos encontramos con una insuficiente red de laboratorios acreditados para realizar las catas pertinentes”.
Aclaran también que “Infaoliva no se opone a la seguridad jurídica de las envasadoras, pero si se opone frontalmente a que las almazaras tengan un coste añadido con determinadas exigencias que solo conllevan una ralentización sobre el comercio”. Están de acuerdo con Anierac y Asoliva en que “la red de laboratorios autorizados es insuficiente para dar respuesta al sector con la rapidez necesaria”. Y desde Infaoliva, “hemos solicitado en reiteradas ocasiones que se arbitren medidas suficientes como para dar seguridad jurídica, tanto a almazaras, envasadores y exportadores en cuanto a la realización de métodos de cata de los aceites”.