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El grupo de “Mecanización y Tecnología Rural” de la Universidad de Córdoba han diseñado un sistema mediante el cual es posible ajustar la dosis exacta de plaguicidas que hay que aplicar al olivar. Concretamente, el grupo que dirige el profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes, Jesús Gil Ribes, ha logrado determinar la relación óptima entre el volumen de producto aplicado y la geometría de los árboles para el olivar, evitando el cálculo hecho por los agricultores sin base científica o técnica.
Para conseguirlo, los investigadores Jesús Gil, Gregorio Blanco, Antonio Miranda, Andrés Cuenca y Alberto Godoy se centraron en el volumen de copa de los árboles. Ensayaron con seis volúmenes diferentes en el laboratorio y seleccionaron los tres que dieron los mejores resultados para llevarlos al experimento de campo. Utilizando trazadores –colorantes para ver hasta dónde llegaba el producto- y volúmenes de aplicación diferentes concluyeron que la relación más adecuada, la que logra una mayor cobertura, homogeneidad, penetración en el árbol y reducción de la dosis, es de 0,12 litros por cada metro cúbico de copa.
Los resultados publicados en la revista Science of The Total Enviroment, están siendo transferidos al sector agroalimentario, tanto a los fabricantes de equipos como a los olivareros.
El uso de productos fitosanitarios supone entre el 10 y el 15% de los costes totales de cualquier explotación agrícola, y todo lo que suponga ahorrar económica y ambientalmente acabará registrado como beneficio.
En la UE están regulados el tipo de productos y el manejo de los mismos gracias a un cuerpo legislativo que obliga a controlar el estado de las máquinas utilizadas por los agricultores a la hora de tratar las enfermedades de sus cultivos y a etiquetar correctamente aclarando la dosis máxima de producto permitida. No obstante, uno de los mayores retos es el de adaptar la dosis de los productos a la morfología de los árboles.
El sector fitosanitario apoya el uso de estándares para calcular los volúmenes de líquido a pulverizar con sus productos. Lo hacen utilizando cálculos geométricos que tienen en cuenta parámetros geométricos propios de los cultivos en seto o espaldera, muy útiles a las necesidades del norte y centro de Europa pero que no resultan eficaces en el caso de los cultivos frutales mediterráneos donde, a diferencia de lo que ocurre en aquellas latitudes, los árboles mayoritariamente se plantan de forma aislada.