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La candidatura de Paisaje Cultural del Olivar Andaluz a Patrimonio Mundial afronta su recta final. Así se ha puesto de manifiesto en la celebración de la comisión institucional encargada de la elaboración del expediente de esta candidatura, que será remitido en enero al Consejo de Patrimonio Histórico Español para su evaluación. “Estamos finalizando aquellas alegaciones y propuestas de mejora que desde el Ministerio se nos ha hecho al expediente, que pretendemos remitirlo en enero y a partir de ahí afrontar la recta final para que en 2023, si así lo estima el Gobierno de España y la UNESCO, pueda ser declarado Patrimonio Mundial”, ha señalado el presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes, que ha presidido esta comisión.
La versión actual del expediente de esta candidatura que será remitida al Consejo de Patrimonio Histórico Español “se ha reajustado a las orientaciones e indicaciones del mismo, remodelando y reformulando algunos enfoques metodológicos, conceptuales y de identificación de valores universales, con la delimitación de las zonas para la declaración, además de que incide en la gestión y protección de estos recursos”, ha explicado Reyes en esta reunión.
Las zonas establecidas se han delimitado en función también de la historia de este paisaje. Así, hay cuatro zonas ligadas a la especialización olivarera del siglo XIX - Campiñas de Jaén, el más representativo del paisaje del mar de olivos; la Subbética cordobesa, con los vestigios de la comercialización internacional (con el tren del aceite) y la primera industrialización; Sierra Mágina, donde el olivar se funde con la cultura del agua; y Hacienda de La Laguna – Alto Guadalquivir, vinculado a la primera mitad del siglo XIX. El olivar de la Ilustración, relativo a los siglos XVIII al XX, está representado por Montoro y su entorno, mientras que la época Moderna, entre los siglos XVI al XVIII, se refleja en las Haciendas de Sevilla y Cádiz. Asimismo, el olivar de la época medieval-islámica está representado por Valle del Lecrín (Granada); el de los siglos XIII y XV, la frontera islámica-cristiana, en el Valle de Segura y el de la época romana, del siglo I al III, con, Astigi-Bajo Genil (Écija). Por último, se incluye la zona de Periana y Álora, en Málaga, como zona de los primeros manejos del cultivo, donde se encuentran olivares monumentales, con técnicas de injertos sobre acebuches silvestres.
En la actualidad, desde la comisión de Paisajes del Olivar se trabaja en distintos ámbitos para la finalización de este expediente como la documentación fotográfica y planimétrica de este paisaje, en la que están colaborando las distintas universidades andaluzas, así como en la obtención de autorizaciones definitivas de propietarios y la redacción de expedientes de declaración de Bienes de Interés Cultural. Asimismo, se trabajará también en la puesta en marcha de la Asociación Paisajes del Olivar de Andalucía Patrimonio Mundial y se impulsará un plan de gestión y de conservación de este paisaje, entre otras líneas de actuación