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La consultora de empresas familiares Family Business Solutions ha detectado que la preocupación por planificar adecuadamente el relevo generacional se ha acentuado tras la pandemia, puesto que las compañías han tomado conciencia del riesgo que supone tener que afrontar graves contingencias, como la Covid-19, sin tener previsto su futuro y el relevo del fundador.
Está situación ha afectado a muchos de los líderes de las empresas familiares, que por edad, son personas de 60 años o más, entran en el grupo más vulnerable frente al Covid-19. “Tenemos clientes que incluso han estado en la UCI. Ellos mismos y sus familias han visto muy de cerca como de importante es estar preparados, porque un día el fundador ya no estará ahí. Han tomado consciencia de que lo mejor para la empresa y para la familia es empezar ya preparar el relevo generacional, para poder hacerlo de forma paulatina, puesto que no hacerlo, o demorarlo sine die, podría condicionar la continuidad del negocio”, explica Agustín.
Los datos han demostrado, hasta estos momentos, que muy pocos negocios familiares logran la continuidad, en buena parte debido precisamente a no planificar el traspaso del negocio a la siguiente generación. Concretamente, en un estudio del Instituto de la Empresa Familiar de 2015 se estimó que solo un 30% de las empresas familiares sobreviven a la transición de primera a segunda generación (30 de cada 100 empresas). Y, de estas, menos de un 50% (13 de cada 30 empresas) consigue pasar de la segunda a la tercera generación de la familia.
Hasta ahora, a menudo por pereza, porque entran en juego las emociones familiares y porque es un asunto complejo delicado, muchas familias habían sido más reticentes a abordar el relevo generacional y habían pospuesto indefinidamente la decisión. “Si los problemas ya son difíciles de abordar en empresas no familiares, todavía lo son más cuando se mezcla familia y empresa”, explica Ricard Agustín, fundador de Family Business Solutions y consultor de empresas familiares. Sin embargo, el coronavirus ha aumentado el apremio por prever y regular la sucesión de los negocios familiares en un Protocolo familiar, porque se ha hecho más evidente que nunca el riesgo que supone no tener previsto el futuro y tener que tomar decisiones precipitadas en caso de un evento repentino.
En el caso de la planificación de la sucesión, hay que recordar que la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) ya insta a que las empresas cotizadas dispongan de un plan de sucesión para el Consejo de Administración de manera que, cuando sea necesario, el reemplazo del personal clave de la empresa se realice de forma eficiente. Esto demuestra aun más la importancia que tiene la planificación de la sucesión en la continuidad de los negocios.