Revista
El índice de precios de los alimentos de la FAO se situó en marzo de 2022 en un promedio de 159,3 puntos, es decir, 17,9 puntos (un 12,6 %) más que en febrero, con un salto gigante que lo llevó a un nuevo nivel, el más elevado desde su creación en 1990. El último aumento obedece a los nuevos máximos históricos de los subíndices de los aceites vegetales, los cereales y la carne, mientras que también subieron notablemente los del azúcar y los productos lácteos.
Respecto al índice de precios de los cereales de la FAO, éste se ubicó en un promedio de 170,1 puntos en marzo, lo que supone un aumento de 24,9 puntos (un 17,1 %) respecto de febrero y constituye el nivel más elevado registrado desde 1990. El aumento de este mes obedeció a una subida repentina de los precios mundiales del trigo y los cereales secundarios, impulsada en gran medida por las perturbaciones relacionadas con el conflicto de las exportaciones de Ucrania y, en menor medida, de la Federación de Rusia. La probable pérdida de exportaciones de la región del Mar Negro agravó la ya escasa disponibilidad mundial de trigo.
La preocupación sobre la situación de los cultivos en los Estados Unidos de América también contribuyó a que los precios mundiales del trigo subieran marcadamente en marzo, disparándose en un 19,7 %.
Después de subir un 20,4 % en marzo, los precios internacionales de los cereales secundarios marcaron un récord y los precios del maíz, la cebada y el sorgo alcanzaron su respectivo nivel más elevado registrado desde 1990. Las expectativas de una reducción significativa de las exportaciones de maíz de Ucrania, uno de los principales exportadores, además de los elevados costos de la energía y de los insumos, contribuyeron a un aumento intermensual del 19,1 % de los precios mundiales del maíz.
La fortaleza de los mercados de maíz influyó en otros cereales secundarios y los precios del sorgo aumentaron un 17,3 %, mientras que las incertidumbres sobre los suministros acentuaron la presión sobre los mercados de cebada, ya de por sí con escasez, haciendo que los precios de la cebada subieran un 27,1 % desde febrero.
Mientras tanto, el valor de marzo del índice de precios del arroz de la FAO se mantuvo con poca variación respecto de los niveles de febrero y aun así un 10 % por debajo de su valor del año anterior, debido a tendencias contrastantes entre los diversos orígenes y calidades.
Aceites vegetales
Por su parte, el índice de precios de los aceites vegetales de la FAO se situó en un promedio de 248,6 puntos en marzo, lo cual representa un aumento de 46,9 puntos (un 23,2 %) respecto de febrero y marca un nuevo récord. La pronunciada subida del índice se vio impulsada por el aumento de los precios de los aceites de girasol, palma, soja y colza. Las cotizaciones internacionales del aceite de girasol aumentaron de forma sustancial en marzo, impulsadas por la disminución de los suministros para la exportación en medio del actual conflicto en la región del Mar Negro. Entretanto, los precios de los aceites de palma, soja y colza también subieron marcadamente, como consecuencia de la creciente demanda mundial de importaciones tras las perturbaciones del suministro de aceite de girasol.
Además, mientras que los valores mundiales del aceite de palma recibieron un estímulo adicional a causa de la persistente escasez de la oferta en los principales países productores, los precios del aceite de soja se vieron sostenidos por la preocupación acerca de una disminución de las disponibilidades exportables en América del Sur. Evidentemente, los valores volátiles y más elevados del petróleo crudo también empujaron al alza los precios internacionales de los aceites vegetales.