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La campaña del girasol en Córdoba ha llegado a su fin, y los datos no son alentadores. Según informa Asaja Córdoba, la superficie destinada a este cultivo ha disminuido un 7,5% respecto a la campaña anterior, continuando con una tendencia a la baja que se ha mantenido durante los últimos años. En la última década, la provincia ha visto una reducción superior al 35% en la superficie dedicada al girasol.
Fernando Adell, presidente de Asaja Córdoba, ha señalado que esta situación es consecuencia directa de la escasa rentabilidad del cultivo, lo que pone en peligro su continuidad en la región. "El valor de los ingresos por la venta de la cosecha está por debajo de los costes de producción, lo que desincentiva a los agricultores a seguir sembrando girasol", explicó Adell.
Durante la campaña 2023-2024, la superficie cultivada en Córdoba ha sido de 23.635 hectáreas, en comparación con las 25.080 hectáreas del año anterior. Esto coloca a Córdoba como la tercera provincia andaluza con mayor superficie de girasol, solo por detrás de Sevilla y Cádiz. Sin embargo, la caída en la superficie cultivada refleja la creciente desmotivación entre los agricultores debido a las bajas cotizaciones y los retos climáticos.
A pesar de estos desafíos, los rendimientos medios en la provincia han mejorado ligeramente, alcanzando los 1.300 kg/ha. Este incremento es modesto y se debe, en parte, a una climatología más favorable y a que el cultivo se sembró en el momento adecuado. Las cosechas más tempranas han mostrado mejores rendimientos, mientras que las más tardías, plantadas después de las lluvias primaverales, han registrado una producción menor.
Sin embargo, los rendimientos grasos han sido bajos, y muchas explotaciones no han alcanzado los niveles mínimos requeridos por la industria, lo que ha llevado a penalizaciones y reducciones en las cotizaciones. Con precios de campaña que apenas llegan a los 412 euros/tn para el girasol linoleico y 435 euros/tn para los altos oleicos, los agricultores enfrentan una rentabilidad negativa que amenaza la viabilidad del cultivo.
La situación actual plantea un futuro incierto para el girasol en Córdoba. "Con estas cotizaciones, los agricultores no encuentran atractivo continuar con este cultivo en las próximas campañas, ya que no cubren los gastos de producción", concluyó Adell.