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La próxima regulación contra el "blanqueo ecológico" promete significativos beneficios tanto para consumidores como para empresas, al proporcionar información medioambiental fiable, verificable y accesible sobre bienes de consumo. Esta medida no solo fomentará condiciones de competencia equitativas, sino que también reforzará la credibilidad de las alegaciones ecológicas y aumentará la competitividad de los operadores que mejoren la sostenibilidad medioambiental de sus productos.
Transparencia y competitividad
La expresión "blanqueo ecológico" o "greenwashing" se ha popularizado en todos los ámbitos, impulsada por iniciativas y políticas de sostenibilidad y economía circular de la Unión Europea y otras regiones. José María Ferrer, responsable de Asuntos Regulatorios Alimentarios y Formación de AINIA, señala que el interés creciente en esta expresión está ligado a cómo se comunica el impacto medioambiental de productos y servicios a los consumidores.
La propuesta de directiva del Parlamento Europeo y del Consejo sobre alegaciones ecológicas explícitas define el "blanqueo ecológico" como alegaciones medioambientales poco claras o no fundamentadas. Esta práctica incluye cualquier mensaje que no sea obligatorio por ley y que sugiera que un producto o comerciante tiene un impacto positivo o nulo en el medio ambiente, es menos perjudicial que otros productos o ha mejorado su impacto a lo largo del tiempo.
Objetivos de la directiva sobre alegaciones ecológicas
La propuesta se centra en tres objetivos clave:
Para garantizar la fiabilidad de las alegaciones medioambientales, la propuesta introduce requisitos mínimos sobre la justificación y comunicación de estas alegaciones, sujetas a verificación de terceros. Además, se implementarán indicadores de rendimiento para medir la efectividad de estas medidas, centrándose en la fiabilidad y comparabilidad de las alegaciones, la confianza de los usuarios en la información medioambiental y la mejora del comportamiento medioambiental de productos y organizaciones.
Beneficios para consumidores y empresas
Los consumidores obtendrán información fiable y verificable sobre los bienes de consumo, lo que les permitirá tomar decisiones de compra más informadas y contribuir a la transición ecológica, previniendo el blanqueo ecológico. Por su parte, las empresas se beneficiarán de condiciones de competencia equitativas en materia de alegaciones ecológicas y verán reforzada la credibilidad de sus mensajes. Además, se incentivará la competitividad de los operadores que aumenten la sostenibilidad medioambiental de sus productos y actividades, generando una mayor demanda por parte de los consumidores.
Según Ferrer, estos beneficios contribuirán a reducir el riesgo de blanqueo ecológico y la competencia desleal, beneficiando tanto a consumidores como a operadores.
Próximos pasos
El Parlamento Europeo aprobó la posición en primera lectura el pasado 12 de marzo de 2024. Ahora, se espera el siguiente paso del Consejo, aunque es poco probable que la directiva sea aprobada y publicada en el Diario Oficial de la Unión Europea antes del verano, debido a las próximas elecciones al Parlamento Europeo.