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La falta de relevo generacional en la agricultura occidental tiene importantes impactos culturales, socioeconómicos y ambientales (como la degradación del paisaje, el aumento del riesgo de incendios, la propagación de plagas incontroladas, la pérdida de diversidad biocultural y, por tanto, de conocimiento ecológico local). Así, apoyar la sucesión generacional es uno de los nueve objetivos clave propuestos por la Comisión Europea para guiar las propuestas legislativas para la futura política agrícola común (PAC).
Si bien la falta de relevo se presenta repetidamente como un gran desafío futuro para la agricultura occidental, y específicamente para la española, existen pocos estudios que evalúen las causas actuales del problema a gran escala. La investigadora de la UOC Lucía Argüelles liderará el proyecto de investigación Generational Replacement in Spanish Agriculture: Identifying Farm Desertion Hotspots (GRANGE) (en castellano: "Relevo generacional en la agricultura española: identificando áreas de deserción agraria") que tiene como objetivo evaluar los factores que desencadenan esta problemática, considerando de manera destacada el papel del cambio climático en este fenómeno. "Comprender las conexiones entre los factores ecológicos y socioeconómicos y su impacto en la renovación generacional o la sucesión agrícola es fundamental para diseñar políticas que puedan revertir esta dinámica", señala Argüelles.
El proyecto busca entender mejor la doble dinámica entre cambio climático y relevo agrario: por un lado, el cambio climático hace la agricultura más difícil (al menos en algunos cultivos y regiones) y, por otro, el conocimiento tradicional agrícola es crucial para adaptar nuestros sistemas agroalimentarios al cambio climático. "GRANGE desarrollará índices para medir la vulnerabilidad al abandono agrícola teniendo en cuenta las diferencias entre cultivos. Además, identificará los puntos críticos de deserción agrícola en el ámbito nacional, es decir, áreas con una alta vulnerabilidad de sufrir abandono de tierras y pérdida de conocimientos tradicionales", explica esta experta en sistemas agroalimentarios e investigadora del grupo Turba Lab del IN3 de la UOC.
El proyecto pretende contribuir con sus resultados al diseño de políticas innovadoras y a diferente escala para abordar los complejos desafíos a los que se enfrenta el campesinado para garantizar el relevo generacional. Al mismo tiempo, quiere aumentar la comprensión de las dinámicas cambiantes y desafiantes de los sistemas agrícolas españoles.
Fases del Proyecto
El proyecto, financiado por La Caixa y con una duración de dos años, consta de tres fases. En primer lugar, a través del análisis de diversos estudios y del trabajo de campo en seis regiones españolas, se identificarán los factores que permiten la adaptación y renovación generacional. También se recopilarán datos cuantitativos y espaciales relacionados con estos factores. En una segunda fase, se generarán índices para medir la vulnerabilidad al abandono agrícola, considerando diferencias entre cultivos. Y en la tercera y última fase, se trabajará con partes interesadas nacionales y regionales para explorar políticas y acciones que puedan reducir dicha vulnerabilidad.