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Las hormigas son especies imprescindibles para mantener la funcionalidad de los ecosistemas del suelo, ya que son capaces de cambiar su papel en la cadena trófica o alimentaria en función de las características de cada lugar. Recientemente, investigadores de la Universidad de Granada (UGR), el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (MNCN) y la Estación Biológica de Doñana (EBD), ambos del CSIC, han establecido el papel de una especie concreta de hormiga, Tapinoma ibericum, dentro de la cadena trófica presente en los suelos de los campos de cultivo del olivar.
En concreto han analizado su papel en el control de la polilla del olivar, confirmando que puede ayudar a controlar esta plaga. Los resultados obtenidos, publicados en la revista Journal of Applied Entomology, demuestran que esta especie de hormiga puede ser utilizada para controlar plagas en estas áreas de cultivo sin que ello suponga un riesgo para el resto de especies que componen la comunidad edáfica. Además, en base a la información que se obtiene, la metodología empleada se ha propuesto como un nuevo método de análisis trófico útil para otras comunidades de hormigas y otros insectos omnívoros.
¿Cómo han analizado el papel que pueden jugar las hormigas en el control de plagas de los ecosistemas agrarios?
A través del análisis de los isótopos estables en los tejidos de las poblaciones de hormigas. Este análisis permite saber los cambios en la dieta de estas hormigas en función del hábitat y condiciones de cada población. “Hemos comparado los cambios en su dieta en experimentos en los que se ponía a su disposición alimento que las obligaba a actuar como herbívoros, depredadores e hiper depredadores. A su vez, estos resultados se compararon con la dieta natural en zonas de cultivo sometidas a diferentes manejos agrarios”, aclara el investigador del MNCN Hugo Alejandro Álvarez.
“Los resultados obtenidos confirman que esta especie de hormigas no se comporta como un hiper depredador, es decir, no termina convirtiéndose en una amenaza para otras especies depredadoras de plagas, sino que su actividad depredadora se limita a los efectos que se producen sobre la plaga, limitando así el crecimiento poblacional de la plaga y su efecto en el cultivo. Además, hemos comprobado que los isótopos no varían significativamente en función del manejo agrario de cada cultivo y que su dieta se adapta a los recursos disponibles en cada hábitat”, continúa Álvarez.
“Las hormigas son oportunistas y si hay plagas, como la polilla del olivo (Prays oleae), las hormigas se alimentan de ellas. Haber comprobado además que no se transforman en hiper depredadores, que podría suponer un problema para otras especies necesarias para mantener la salud del suelo y del propio árbol del olivo, las convierte en candidatas idóneas para actuar en el control de este tipo de plagas”, apunta la investigadora Francisca Ruano, de la Universidad de Granada.
Más allá de los resultados que apunta el estudio, esta investigación propone una nueva técnica aplicable al análisis y estudio de otras especies que podrían actuar controlando las plagas de insectos u otros organismos. Un problema que cada vez afecta más a los cultivos agrícolas. Se trata del análisis de isótopos estables en experimentos dietéticos.