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El taller internacional “Balance de carbono del sector del olivo: parte de la solución contra el cambio climático”. Este seminario, organizado por el COI que se celebró del 17 al 19 de octubre, reunió en Madrid a expertos del sector oleícola para el intercambio de ideas y experiencias en torno a la contribución del olivar a la consecución de los objetivos de neutralidad climática. El secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda, inauguró el evento donde aseguró que el cultivo del olivar, por sus externalidades positivas, es un gran aliado de la agricultura para paliar los efectos del cambio climático.
Durante su intervención, el secretario general señaló que el sector olivarero está en el centro de las políticas que desarrolla el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, tanto para afianzar su posición de liderazgo internacional en la producción y comercialización de aceite de oliva, como por su contribución social y económica de amplias zonas rurales de España.
Además, Miranda destacó la alta capacidad de este sector para adaptarse a las actuales condiciones ambientales y climáticas. De hecho, lleva décadas impulsando medidas de agricultura de carbono, a través de las cubiertas en cultivo que, de manera específica, se han incluido en los ecorregímenes de la Política Agraria Común (PAC) en España
El secretario general recalcó el importante papel del cultivo del olivar en la protección del medio ambiente, mediante la utilización de prácticas agronómicas sostenibles para frenar la erosión y la pérdida de fertilidad de los suelos, así como para reducir emisiones. Todas ellas constituyen medidas fundamentales que van a permitir la sostenibilidad del cultivo, en un escenario preocupante de cambio climático y de escasez de recursos naturales.
En este sentido, señaló que el COI, como principal foro mundial de conocimiento y debate del olivar, está llamado a liderar la puesta en valor del papel medioambiental del cultivo y en la lucha contra el cambio climático, a través de su capacidad de fijación del carbono atmosférico, además de las otras externalidades positivas que posee, como el fomento de la biodiversidad por el gran número de especies de flora y fauna que alberga el cultivo o su contribución a la economía circular y la bioeconomía.