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La calidad es un pilar fundamental dentro del sector agroalimentario. La clara creciente demanda por parte de los consumidores de conocer el origen y los procesos por los que pasa el producto antes de llegar a su mesa, empujan a las compañías a mejorar más sus técnicas y a dar con la fórmula idónea para elaborar un producto cuya calidad sea totalmente fiable y demostrable.
Esta premisa requiere que las empresas seamos cada vez más estrictas con nuestra forma de actuar, tanto con terceros como con el entorno. En este sentido, para poder asegurar un producto de primera calidad,es esencial contar con los sistemas de control necesarios para poder evaluarlo y analizarlo en sus distintas fases de producción antes de proceder a su comercialización. Es importante tener en cuenta que no existe un proceso por el cual un aceite de oliva pueda mejorar, es decir, el aceite de oliva de máxima calidad debe producirlo el árbol cuando se han seguido las mejores prácticas y, a partir de ese momento, es nuestra responsabilidad cuidar y controlar el aceite para conservar esa calidad hasta el consumidor, por ello es importante controlar cada fase del proceso de la cadena de valor.
Debemos esforzarnos y continuar trabajando en esta línea, poniendo al consumidor en el centro de todas nuestras acciones. No sólo asegurando la máxima calidad, sino, además, siendo capaces de trasladárselo para brindarles la transparencia que esperan de nosotros, garantizándoles que están comprando un producto de calidad y fomentando la confianza hacia nosotros.
En este aspecto, la tecnología es un gran aliado. La digitalización en el sector del aceite de oliva nos permite garantizar una mayor calidad desde el origen, hasta la mesa de los consumidores, gracias a los controles integrados en todo el proceso de producción. Desde Deoleo somos conscientes de ello y, por este motivo, invertimos en técnicas innovadoras y en la transición hacia tecnologías más eficientes que nos ayuden a preservar la calidad y la trazabilidad de nuestros productos, a la vez que reducimos nuestro impacto medioambiental.
Por ejemplo, nuestra fábrica cuenta con un software, LIMS, el cual nos ha permitido unificar toda la información y comunicación de nuestros procesos (desde la recepción hasta el envasado), integrando todas las gestiones, facilitando el análisis de las muestras antes de la descarga en nuestros tanques, proporcionando boletines analíticos, generando certificados en automático, optimizando el control y garantizando la calidad y la trazabilidad. También invertimos en la investigación de tecnología agrícola, consiguiendo que sus soluciones avancen para garantizar que el AOVE que adquirimos es de la máxima calidad, seguro, saludable y respetuoso con el medio ambiente, así como un contribuyente de la mejora de las comunidades agrícolas.
Tienen disponible para su lectura el artículo de opinión completo en el número 190 de la revista Óleo.