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Investigadores del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de Jaén (UJA) han estudiado los efectos de tres dietas altas en grasa basadas en aceites de coco, girasol y oliva virgen extra (AOVE) sobre el tejido adiposo, el metabolismo y la inflamación. El estudio corrobora que la ingesta de AOVE ayuda a prevenir enfermedades crónicas frente a las campañas de promoción de aceite de coco, una grasa sin las necesarias evidencias científicas que avalen su impacto beneficioso en la salud de las personas.
Este proyecto de investigación surge en un contexto de expansión de dietas caracterizadas por una elevada ingesta de calorías, grasas saturadas y azúcares. Para llevar a cabo el trabajo, el equipo de científicos de la UJA ha realizado un análisis comparativo del efecto de las tres dietas altas en grasa, AOVE, aceite de girasol y aceite de coco, en tres grupos de ratones. “En concreto, en este trabajo hemos puesto el foco en el aceite de coco, porque desde distintos medios se asegura que es un aceite saludable a nivel cardiovascular, que ayuda a bajar el peso de forma saludable y a mejorar el perfil lipídico en la sangre (triglicéridos, colesterol...)”, apunta José Juan Gaforio, catedrático de Inmunología de la UJA y principal responsable de la investigación.
En este sentido, el objetivo del estudio es obtener pruebas científicas sobre el impacto real del aceite de coco en la salud, dado que nuevas tendencias promueven su ingesta como la fuente de grasa vegetal más sana. “Los artículos no científicos han influido decisivamente en la creación de este estado de opinión”, opina el catedrático de Inmunología de la UJA, que ve tras este estado de opinión unos intereses económicos empeñados en promocionar determinados aceites carentes de “evidencias científicas”. Así, asegura que este estudio tiene como propósito conocer “qué efectos provoca en el metabolismo sobre el estado inflamatorio y sobre el tejido adiposo cada una de estas grasas”.