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El girasol, cultivo alternativo al cereal en los secanos andaluces, atraviesa sus horas más bajas ante la presión de las extractoras para comprar la cosecha a un precio inferior en un 25% al precio de mercado, según Asaja-Sevilla.
La campaña andaluza de recolección de girasol, que acaba de iniciarse, no está siendo todo lo favorable que en un principio apuntaba, pues la recuperación de la superficie de siembra no viene acompañada de una recuperación de la producción ni de los precios, lo que supone un serio lastre para este cultivo oleaginoso alternativo al cereal de secano.
Un 20% del girasol sembrado no ha nacido por falta de tempero o se ha perdido por ataques de gusanos de suelo, pájaros y conejos, como se aprecia por los rodales perdidos en las siembras. A esta reducción de la producción se une “la drástica e injustificada bajada de los precios a los que la industria extractora pretende pagar la pipa ahora que se inicia la recolección”, indican desde la organización agraria.
Asimismo, añaden que pese a que el aceite de girasol en los supermercados e hipermercados mantiene su precio de venta, la industria extractora ha promovido algunas operaciones para comprar la pipa en Andalucía a un precio que está un 25% por debajo del precio actual de mercado. Si estos movimientos especulativos se confirman, “Asaja-Sevilla lo pondrá en conocimiento de la autoridad competente para que ponga coto a estos abusos”.
Según los datos de la organización sevillana, el precio en origen de la pipa de girasol se debe situar, según el valor de sus productos derivados (aceite y harina), en torno a 420 euros por tonelada, por lo que no tiene sentido que en España, país deficitario en girasol y cuya industria extractora tiene capacidad para molturar el doble de pipa de la que se produce, se intenten pagar 350 euros por tonelada, un precio que está un 25% por debajo del nivel al que se paga la pipa en el mercado internacional.
Según los datos que manejan los Servicios Técnicos de Asaja-Sevilla, la superficie sembrada de girasol en España es de 830.000 hectáreas, de las que se han sembrado en Andalucía 305.000 y en Sevilla, primera provincia productora, 180.000. Con esta superficie, y teniendo en cuenta los factores reseñados anteriormente, la producción para la presente campaña será media-baja, a nivel nacional no va a alcanzar las 800.000 toneladas, de ellas 300.000 se recolectarán en Andalucía, como confirman los bajos rendimientos obtenidos en las primeras parcelas cosechadas, cuando en un año normal en nuestra región, se alcanzan las 500.000 toneladas.
Por ello, desde Asaja-Sevilla hacen un triple llamamiento, en primer lugar a la industria extractora, a quien queremos advertir de que mantendremos una actitud vigilante y ante cualquier sospecha de pacto, acuerdo o movimiento especulativo, trasladaremos los hechos a la autoridad competente; en segundo lugar al agricultor, a quien instamos a que no venda por debajo de precio del mercado, que viene marcado por el valor del aceite y de la harina; y en tercer lugar, y si las extractoras continúan con su política de precios bajos, queremos hacer también un llamamiento a los propios consumidores y sus organizaciones, para que demanden una bajada proporcional del precio del aceite de girasol en los supermercados y puntos de abastecimiento, puesto que en caso contrario, sería la industria la que estaría obteniendo un beneficio desproporcionado a costa de agricultor y del consumidor.