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La normativa regional aprobaba el pasado junio, será de aplicación esta campaña, y sólo permitirá certificar los aceites de oliva vírgenes extra bajo este método de producción sostenible. “Medio ambiente, sostenibilidad, seguridad alimentaria y ahora Virgen Extra”, así se presentan los aceites de oliva que se elaborarán a partir de esta campaña en las almazaras que cumplan el Reglamento Específico de Producción Integrada de Industrias de Obtención de aceite de oliva virgen extra de Andalucía.
Según explica la Asociación Técnica de Producción Integrada de Olivar (ATPIOlivar), la nueva normativa es pionera en España y supone “un salto cualitativo sobre las garantías que se ofrecen a los consumidores mediante esta certificación y una excelente fórmula para diferenciar nuestros aceites en unos mercados que exigen mayor calidad, seguridad y trazabilidad”.
La Producción Integrada es uno de los sistemas de calidad más controlados existentes en la actualidad, cuya implantación se ha ido incrementando durante los últimos años por el interés y la concienciación cada vez mayor en materia medioambiental.
Los agricultores comprometidos con este modelo de producción están sometidos a estrictos controles con el fin de usar de forma eficiente los recursos naturales y la conservación del entorno, ya que priorizan el equilibrio biológico frente a otras alternativas. Además, deben apostar por la calidad, recolectando las aceitunas directamente del árbol en el momento óptimo de maduración y dirigidas a la almazara el mismo día de la recolección. El objetivo no es otro que la materia prima sea de la mejor calidad posible.
En este mismo sentido, las almazaras que apliquen la Producción Integrada deben disponer de unas instalaciones que garanticen la inocuidad del producto durante las fases de recepción, almacenamiento y elaboración, mientras se cumple en todo momento la ética sobre buenas prácticas de manejo y manipulación. Para ATPIOlivar, la normativa resalta la importancia de la separación real dentro de la industria de otras producciones no certificadas o de peor calidad, a la vez que conduce a la extracción del aceite lo antes posible y en condiciones controladas, para evitar el deterioro de la aceituna y la pérdida de las propiedades organolépticas y saludables.
Una de las novedades más destacadas de la norma es la que recomienda adecuar la fecha de consumo preferente en el envasado, para garantizar la calidad organoléptica del aceite hasta su llegada al consumidor. Para ello también será importante realizar un seguimiento de la evolución de la calidad de los aceites obtenidos y almacenados.