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Las bandas organizadas de atracadores que estos días se dedican a la rebusca de la aceituna actúan cada día con más violencia, así lo denuncian desde la organización agraria APAG Extremadura Asaja, que tiene constancia de que los agricultores han sido agredidos por defender sus explotaciones.
“No sólo nos roban la aceituna y nos destrozan los olivos, sino que, además de amenazarnos, nos agreden físicamente”, afirman, tal y como ha pasado en Navalvillar de Pela y en Tierra de Barros, o como ha ocurrido recientemente en La Nava de Santiago, dónde un trabajador que realizaba labores de vigilancia “fue agredido salvajemente por un grupo de 14 desalmados, a quién cortaron el paso cruzando una furgoneta en la carretera, para sacarle del coche y darle una paliza”. Todo ello, añaden, “con la total impunidad que les ofrece la ineficacia de las diferentes administraciones, estatal, autonómica y local y algún que otro político que se quejaba de las actuaciones de las fuerzas de seguridad del Estado”.
Esta organización agraria viene denunciando desde hace meses, en las diferentes reuniones mantenidas con el Gobierno Estatal y con la Junta de Extremadura, y a través de los medios de información, del aumento de los robos en el campo y su extrema virulencia, situación que ha llevado a los agricultores a montar patrullas de vigilancia, y no sólo nocturnas, “con el principal objetivo de evitar que nos roben y que encima nos agredan”, indican.
“Pedimos por tanto, desde APAG Extremadura Asaja, que se acabe con la impunidad de la que gozan estos grupos organizados de ladrones, que se intensifiquen los controles de seguridad y vigilancia por parte de las fuerzas de seguridad, y que de una vez, nuestros políticos se pongan manos a la obra y den una solución definitiva al problema de los robos en el campo, o van a esperar a que ocurra una desgracia para ponerse a actuar”. Añaden que “los agricultores no nos vamos a dejar de amedrentar por estas bandas organizadas de atracadores, y seguiremos patrullando nuestros campos, y denunciado ante la autoridad los hechos delictivos que se produzcan”.
Por su parte, la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores de Ciudad Real recuerda que según estipula la normativa vigente es obligatorio que todas las operaciones de compraventa de aceituna cuenten con un contrato firmado, en el que se estipulen los elementos esenciales a tener en cuenta en las citadas transacciones y recoja todas las disquisiciones legales vigentes. Dicho contrato deberá tener, como mínimo, la siguiente información: identificación de las partes contratantes; objeto del contrato, que contemple las condiciones de calidad mínimas aplicables; precio; condiciones de pago (que se realizará dentro de los 30 días siguientes a la fecha de finalización de la entrega); condiciones de entrega y puesta a disposición de los productos; derechos y obligaciones de las partes contratantes; información que deben suministrase a las partes y duración, junto con las condiciones de renovación y modificación del mismo (causas, formalización y efectos de la extinción).
Estos contratos deberán formalizarse siempre por escrito, antes del inicio de la entrega del producto. Es obligatorio conservar toda la documentación relativa a la relación comercial derivada de los contratos de compraventa durante al menos dos años. Los representantes de Asaja señalan que desde la organización estarán vigilantes para que se cumpla esta existencia de contratos de compraventa, recogida en la Ley de la Cadena Alimentaria, que “debe servir para que los productores conozcan de una vez y antes de entregar sus productos cuánto van a cobrar y cuándo”.
En caso de detectar incumplimientos o irregularidades se pueden comunicar de manera anónima a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), valorando muy positivamente la labor que está realizando este organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.