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La escasa pluviometría del pasado otoño, junto con unas temperaturas elevadas para la fecha, podrían haber afectado a la campaña 2016/2017 en la DO Sierra de Segura. Según datos aportados por José María Ferre, agricultor y meteorólogo aficionado que recaba las precipitaciones acaecidas en la Sierra de Segura desde 1982, señalan que la lluvia recogida desde el pasado mes de octubre no ha sido abundante y, en todo caso, inferior a la media que se registra en la zona. Las mediciones realizadas en La Puerta de Segura, mismo municipio donde se encuentra la sede del Consejo Regulador, arrojan que se han recogido poco más de 400 litros desde octubre hasta mediados de abril, lloviendo apenas 4 litros en diciembre y 21 en noviembre.
Además hay que considerar otros elementos a tener en cuenta como son que la actual cosecha ha sido media alta, por lo que el olivar necesita aún un mayor aporte de agua para recuperarse, hecho que no ha sucedido. “Han sido meses muy calurosos para ser otoño y casi sin lluvia, factores que han afectado al olivo en una época en la que está cargado de aceituna y, por tanto, tiene que hacer un sobresfuerzo”, explica Francisco Moreno, secretario de la Denominación de Origen. También hay que valorar que la recolección de este año se ha visto condicionado por la alta resistencia al desprendimiento de la aceituna, seguramente a causa de las altas temperaturas y la baja pluviometría.
“El olivar tiene actualmente un buen aspecto vegetativo, que es lo normal en esta época, y está desarrollando nuevas yemas, pero desconocemos qué proporción de estas yemas van a derivar en ramas y hojas, y cuantas en flor. Además, desconocemos cómo se va a desarrollar el cuaje de la aceituna, pues depende en gran medida de la fuerza del árbol y régimen de lluvias y de temperaturas. Por todo ello, es pronto para echar las campanas al vuelo respecto a la próxima campaña, es muy aventurado decir ya qué producción va a haber, pues depende de lo que pase en los próximos meses”, señala.