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Seguir una Dieta Mediterránea no restringida en calorías y rica en grasas vegetales como el aceite de oliva virgen extra o frutos secos no conduce a un aumento de peso significativo en comparación con una dieta baja en grasa. Esta es la principal conclusión de un amplio estudio aleatorizado que ha publicado esta semana la revista The Lancet Diabetes & Endocrinology.
El estudio sugiere que las directrices actuales de la salud que recomiendan una dieta baja en grasas y en calorías crean un miedo innecesario a las grasas saludables presentes en la Dieta Mediterránea, con conocidos beneficios para la salud. La acumulación de pruebas científicas sugiere que el contenido total de grasa no es una medida útil de los daños o beneficios de los alimentos, sino que el énfasis debe estar en comer más calorías procedentes de frutas, frutos secos, verduras, legumbres, pescado, yogur, aceites vegetales ricos en fenoles (aceite de oliva virgen extra), y granos integrales mínimamente procesados; y un menor número de calorías procedentes de alimentos altamente procesados ricos en almidón, azúcar, sal o grasas trans.
Las grasas vegetales, como el aceite de oliva o las que se encuentran en los frutos secos, son más sanas que las grasas animales que contiene la carne y los productos cárnicos procesados. "Durante más de 40 años, la política nutricional ha abogado por una dieta baja en grasa, con poco impacto en el aumento de la obesidad", asegura el autor principal del estudio, doctor Ramón Estruch, investigador del Ciberobn en el Hospital Clínic. "Nuestro estudio muestra que una Dieta Mediterránea rica en grasas vegetales, como el aceite de oliva virgen extra y los frutos secos, tuvo poco efecto sobre el peso corporal o la circunferencia de la cintura en comparación con las personas que siguen una dieta baja en grasa. La Dieta Mediterránea tiene beneficios para la salud conocidos e incluye grasas saludables, tales como aceites vegetales, pescado y frutos secos”.
En este sentido, el investigador aclara que “por supuesto, nuestros hallazgos ciertamente no implican que las dietas sin restricción y con altos niveles de grasas no saludables, como la mantequilla, la carne procesada, bebidas azucaradas, postres o comidas rápidas, sean beneficiosas". La obesidad es un factor de riesgo clave en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, algunos tipos de cáncer y trastornos músculoesqueléticos. La recomendación estándar para la prevención y el tratamiento de la obesidad es seguir una dieta baja en grasas y el aumento de la actividad física, y muchas organizaciones de salud como la OMS recomienda que las grasas no aporten más de un 30% de la ingesta total de energía.