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El pasado mes de septiembre, Todolivo viajó a la región de Bari, en Italia, donde se localiza “la zona cero” de la Xylella fastidiosa, para “conocer de primera mano sus efectos, las medidas de contención que se están practicando y los avances y líneas de investigación que se están realizando, así como evaluar en qué medida la empresa podía colaborar”.
Todolivo contó con la colaboración del investigador del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa), dependiente de la Junta de Andalucía, Lorenzo León, y la doctoranda Alicia Serrano.
Una vez en Italia, el grupo se entrevistó con Donato Boscia, el primer investigador que detectó la Xylella en el olivo. En estos momentos, el radio de acción de Xylella afecta a más de 250.000 hectáreas. El equipo de investigadores italiano está comandado por Boscia y Maria Sapponari de la Universidad de Bari, que están trabajando en la búsqueda de soluciones en Italia. Con ellos Todolivo compartió dos días de trabajo y visitas a plantaciones, en los que los técnicos pudieron comprobar los efectos y las líneas de investigación en las que estaban trabajando.
La delegación de técnicos española desplazada a Italia pudo observar que la variedad de la comarca, la Oiarola salentina, es tremendamente sensible a la bacteria, pero que, sin embargo, otras variedades también plantadas en la zona (aunque en menor proporción), como la Leccino, se muestran muy tolerantes a la enfermedad.
Variedades
Una de las líneas de trabajo más importante y más interesante es la que se centra en los trabajos de evaluación de variedades de olivo. Su objetivo es identificar aquellas que puedan presentar niveles más altos de resistencia a la enfermedad. Un ejemplo es el programa que se inició en noviembre de 2016 en colaboración con el Ifapa de Córdoba y mediante el cual este mandó una colección de variedades españolas (38 en total), entre las que se encuentran variedades con las que Todolivo está trabajando, como Arbequina, Arbosana, Koroneiki, Picual, Hojiblanca, Manzanillo, etc., junto con un grupo de nuevos genotipos obtenidos por el Ifapa.
Estas plantas fueron plantadas en campo al aire libre, en “la zona cero”, donde la infección era máxima. Estas plantas, después de un año y medio expuestas, no mostraban síntomas a la enfermedad. Las plantas también se embolsaban para introducir dentro el insecto vector y propiciar una mayor infección.
Esta línea de trabajo se ha complementado con otra que inició en 2017 por este equipo investigador en colaboración con el Ifapa de Córdoba, y que amplía el estudio de la tolerancia de la Xylella fastidiosa a setenta variedades españolas y otras de diferentes países. La diferencia es que, en esta ocasión, en vez de exponer las variedades a la bacteria a cielo abierto, se le está inoculando la bacteria en el laboratorio para después llevarlas a un invernadero cerrado, donde se les analiza su tolerancia a la misma.
Otra de las líneas de investigación es la que se está realizando con olivos silvestres (acebuches) que se han detectado resistentes y están propagándolos mediante injertos en árboles adultos.
Por último, en el viaje el equipo técnico pudo observar también que la Xylella es una bacteria con una gran capacidad de adaptación a la infección de numerosas especies vegetales, como nogal, romero, adelfas y acacias.
Conclusiones
De modo general, las impresiones que Todolivo ha extraído son esperanzadoras, ya que, aunque las investigaciones siguen abiertas y no han concluido, se han identificado posibles fuentes de resistencia a Xylella fastidiosa en algunas de las variedades evaluadas.
Por otro lado, en cuanto a las variedades españolas plantadas en “la zona cero”, hace ya más de un año y medio y las inoculadas en laboratorio, cabe destacar que, a día de hoy, no se han visto afectadas por la bacteria.