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El año hidrológico ha iniciado con los pantanos a solo el 29% de su capacidad. Es el dato que ha subrayado el presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, como causa de preocupación de cara a la próxima campaña, afectada por las escasas precipitaciones. En consecuencia, la asociación demanda que se amplien regadíos en la provincia para garantizar el futuro de las explotaciones.
El olivar se incluye entre uno de los cultivos más amenazados, junto a los cítricos y los almendros. Asaja Córdoba cree que no se está actuando con suficiente eficiencia, atendiendo al hecho de que Córdoba es la provincia de la cuenca del Guadalquivir que más agua almacena (49,55%) y la que menos riegos tiene (solo un 16,83%). Además, solo el 14,39% del olivar es de riego, la menor cifra de toda Andalucía. Desde los años 90 —denuncia la organización— no se han asignado las dotaciones mínimas previstas en el Plan Hidrológico (228 hectómetros cúbicos), mientras que en otras provincias ha ido aumentando. De cumplirse con lo establecido, se podrían poner 150.000 hectáreas de olivar en riego, que supondrían mucho empleo y riqueza.
Por otra parte, también se ha denunciado el mal aprovechamiento de los recursos disponibles "sigue yendo mucha agua al mar durante diferentes épocas del año, pues no se permiten bombeos directos a balsas de aguas de escorrentía invernales" por un lado, y por el otro “se ponen todo tipo de trabas a la construcción de balsas y microembalses, en muchos casos por la falta de coordinación entre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y las consejerías que han tenido o tienen estas competencias, que cada una actúa por su cuenta”. Además, la limitación de concesiones a aguas subterráneas y pozos frena inversiones que podrían formar parte de la solución a estos problemas. Por último, se ha demandado la necesidad de que se finalize la zona regable de Genil-Cabra, tal y como estaba prevista, y que se otorguen ayudas para modernizar los riegos con toma directa del Guadalquivir.