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Este fin de semana se ha celebrado una nueva edición del Biocultura, la feria de productos ecológicos que ha recorrido todas las grandes ciudades españolas. Esta vez ha abierto sus puertas Madrid, a lo largo de 4 días de intensa actividad (del 7 al 10 de noviembre) en la que 750 empresas han presentado sus productos a los alrededor de 75.000 visitantes que se han acercado al Ifema.
Más de 400 actividades de distinta naturaleza, entre ellas eco-foodtrucks, música en vivo, o un festival infantil, productos de toda clase, desde alimentación hasta ecocosmética, pasando por el textil sostenible y unas cifras de asistencia que van en aumento en cada edición y que demuestran que el sector está en auge y produce cada vez más interés. Sobre todo entre aquellos que, ya sea por temas de salud o por temas de compromiso medioambiental, ven en el sector ecológico la opción más responsable de cara al futuro.
Dice Ángeles Parra, la directora de la feria, que el auge del BioCultura refleja un cambio en la mentalidad de consumidores y empresarios: "No es marketing verde. No es falsa responsabilidad corporativa. Es consciencia con mayúsculas". El objetivo es traspasar esta consciencia al sector político, "incapaz de actuar en temas tan urgentes como una alimentación contaminada o la crisis climática". Tras las elecciones de este domingo, la nueva arquitectura parlamentaria tiene ante sí el deber de meter en agenda estos asuntos, algo que a priori parece difícil de conseguir si no se parte de un gobierno estable, con unos objetivos claramente definidos. Los próximos meses dirán.