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Los precios del aceite de oliva causan preocupación en la costa este mediterránea. Tanto Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya como La Unió de Llauradors, de la Comunidad Valenciana, han alertado en sendos comunicados sobre los bajos precios en origen que han descendido entre un 35 y un 40% en la presente campaña.
En Cataluña se han obtenido mejores datos de producción de aceite de oliva que la pasada campaña. La cifra de 33.000 toneladas supera en un 35% la obtenida en la pasada campaña, que fue especialmente mala, y se sitúa ligeramente por encima de la media de los últimos años. En ese sentido, la tendencia en Cataluña es a la inversa que en el resto del territorio español, cuyas cifras fueron de récord la campaña 2018/2019 y este año han disminuido. Por provincias, hablaríamos de una producción de 24.000 toneladas en Tarragona, 7.500 en Lleida y 1.500 entre Barcelona y Girona.
Sin embargo, la situación de los precios preocupa a la FCAC, actualmente por debajo de los 2,3€ el kilo. En ese sentido, la federación confía en que la medida de activación de almacenamiento privado aprobada en Bruselas y la evolución de salidas de aceite al mercado "ayuden a mejorar la situación", si bien "la campaña se prevé complicada a nivel de mercado", entre otras cosas, debido a los aranceles adicionales impuestos por Estados Unidos.
Peor está la situación en sus vecinos del sur, puesto que el precio en origen se sitúa ya por debajo de los 2 euros el kilo, cuando los costes son superiores a los 3 euros el kilo, lo que hace muy difícil mantener en pie las explotaciones. Según explica La Unió, a los precios bajos generalizados en todo el territorio estatal, han de sumarse "los agravios comparativos que sufre un olivar de bajo rendimiento como el de la Comunitat Valenciana", debido a que se establecen ayudas a la producción en lugar de ayudas al árbol, lo que va en detrimento del olivar tradicional, que se queda con unas ayudas de 150-160 euros por hectárea, mientras que el intensivo se lleva entre 700 y 800 euros por cada una de sus hectáreas.
Para paliar esta situación, la asociación reclama al Ministerio de agricultura equilibrar las ayudas independientemente del lugar donde estén cultivadas, "para que se pueda competir en igualdad de condiciones y no beneficien a las superficies intensivas de elevados rendimientos". Al gobierno de la Generalitat, Unió pide una apuesta promocional para el incentivo del consumo de aceite valenciano, así como una ayuda en el Programa de Desarrollo Rural específica para el olivar tradicional y de bajo rendimiento "por su contribución ambiental y por evitar el despoblamiento de las zonas rurales".