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La Unión Europea ha lanzado un informe sobre las perspectivas agrícolas de la UE en la próxima década (2019-2030). La principal conclusión obtenida, al respecto del mercado del aceite de oliva, es que va a aumentar el consumo en los países pertenecientes a la UE que todavía no son productores.
A partir del próximo año 2020 y en lo que dure la década en la que inminentemente entraremos, la producción de aceite de oliva aumentará, en promedio, un 1,1% cada año, hasta alcanzar los 2,4 millones de toneladas en 2030 (hoy estamos en 2 millones de toneladas). El consumo interno crecerá en los países no productores y, además, la fuerte demanda en los mercados tradicionales favorecerá las exportaciones, que aumentarán un 3,3% cada año.
La productividad será el principal impulsor del crecimiento del sector. El aumento del rendimiento resultante de las nuevas plantaciones, nuevos sistemas de riego y la mejora continua de las condiciones agronómicas de los árboles tomarán un papel fundamental, viéndose además influenciados, todos estos procesos de mejora, por la creciente preferencia de los consumidores por el aceite de oliva de cosecha temprana y los aceites monovarietales especializados.
Portugal será el país europeo que más crecerá en producción, hasta un 88%, y se postula seriamente a considerarse un actor fundamental dentro del mercado en la próxima década.
Puedes consultar el informe completo a través del siguiente enlace.