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Esta es una de las conclusiones a la que se ha llegado en un trabajo de investigación desarrollado en la III Edición del Máster en Administración y Dirección de Empresas Oleícolas de la Escuela de Negocios Agroalimentarios (ESNEA), de Intercoop Consultoría, y Juan Vilar Consultores Estratégicos, el mismo está dirigido por la catedrática de Organización de Empresas de la UJA, María Jesús Hernández, y el consultor Juan Vilar.
La búsqueda de rentabilidad en el sector oleícola ha determinado que en base a la innovación y el desarrollo, se hayan ido modernizando las plantaciones de olivar tradicionales mecanizables, intensificando las plantaciones o transformándolas en plantaciones de olivar moderno para reducir los costes de cultivo, especialmente los de recolección, que suponen hasta el 45% del total; así como, vía diferenciación las plantaciones convencionales de olivar tradicional no mecanizable se han transformado en olivar ecológico, biodinámico, bioregenerativo, ético, heroico, emotivo, etc. obteniendo un beneficio superior por el producto final.
Se tiene la creencia de que el olivar moderno elimina mano de obra, siendo sustituidas las personas por máquinas, y dando lugar a un menor empleo en el sector oleícola. Pero realmente no ocurre así, lo que se genera es un empleo más profesionalizado y mejor remunerado, pues el manejo del olivar moderno, y el diferenciado, requieren de un mayor conocimiento en su manejo.
Por otro lado, el empleo generado por el olivar moderno, y el diferenciado no es estacional, al contrario de lo que ocurre en el olivar tradicional, que genera la mayor parte de mano de obra durante la campaña de recolección de aceituna. El empleo generado por el olivar moderno y diferenciado, se reparte a lo largo de todo el año.
Además de eliminar la estacionalidad del empleo, hace que el mismo sea homogéneo en el tiempo. Es decir, el olivar moderno, y diferenciado (ecológico, etc.), sobre todo en régimen de regadío, reduce la vecería del olivar, característica del olivar tradicional de secano, por consiguiente, el número de jornales cada año es similar, dado que las cosechas no son tan variables de una campaña a otra (todo ello, teniendo en consideración el resto de variables climatológicas que afectan al cultivo del olivo, plagas o enfermedades, etc.).
El olivar en Andalucía genera entre 16 y 18 millones de jornales anuales, de los cuales el 45% corresponde a la recolección. El número de jornales varía según la producción de cada campaña. Del total, el 44% de los jornales son generados en Jaén, es decir, de media 7,5 millones de jornales anuales.
El número de jornales medios generados por hectárea de olivar moderno es de 13 en intensivo, y de 14 el olivar moderno en seto; el olivar tradicional ecológico genera 15 y el olivar tradicional mecanizable genera 11.
Una de las conclusiones más destacadas del estudio, es que en realidad es la generación de renta neta la circunstancia que en mayor medida fija población rural, siendo esta más alta en olivares modernos, olivar tradicional mecanible de regadío, y en olivar ecológico y resto de categorías diferenciadoras. Cuanto menor valor añadido genera un olivar, más bajo es el rango de población que emplea, y por tanto que fija a los núcleos rurales.