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En la última década, la superficie dedicada a la producción ecológica ha crecido a un ritmo de 500.000 hectáreas anuales. El 24% de las titulares de explotaciones ecológicas son mujeres y el 61% tienen menos de 55 años frente al 44% de las convencionales. Ante esta nueva situación, UPA Jaén considera fundamental la realización de esta acción formativa en la comarca de La Loma y Las Villas, puesto que las mujeres y hombres del medio rural, los jóvenes agricultores y ganaderos de la provincia deben seguir profundizando en su profesionalización y en su formación teórica y práctica para mejorar la innovación de nuestras explotaciones y reforzar la apuesta por la calidad de nuestras producciones.
Dicha formación en la agricultura ecológica sobre técnicas biodinámicas para mejorar la innovación de las explotaciones y la calidad de los productos, se está impartiendo en la SCA San Vicente de Mogón, donde 15 alumnos se están formando en este tema, y se encuentra cofinanciado por la Unión Europea a través de los Fondos Feader y la Consejería de Agricultura gestionado por el Grupo de Desarrollo Rural de dicha comarca.
La agricultura ecológica tiene puntos en común con la biodinámica, porque las dos buscan evitar la explotación intensiva de los suelos, los métodos que se utilizan y aplican están en estrecha concordancia con la tierra y no admite uso de pesticidas o fertilizantes, sino que se nutre de composición natural para luchar contra las plagas.
De ahí que esta acción formativa, que tendrá un segundo curso en Baeza a mediados de octubre, se basa en la biodinámica para aprender técnicas sanas de agricultura, apostar por la diversificación, por el reciclado, por aprovechar los movimientos biodinámicos de la tierra, y potenciar el uso de determinadas sustancias naturales y animales para armonizar los procesos vitales del suelo y la atención a los ritmos cósmicos para los trabajos agrícolas.
La apuesta desde UPA por la integración de las mujeres y de los jóvenes como parte fundamental del desarrollo socioeconómico de la comarca, parte vital para la innovación y el futuro de la agricultura, forman parte de la profesionalización del sector. De ahí que el curso tenga un módulo transversal de igualdad de género, puesto que uno de nuestros objetivos es apostar por hacer de las zonas rurales un lugar cada vez más atractivo para trabajar y para vivir. Esta actividad formativa puede suponer un impacto ambiental directo a corto y medio plazo porque estamos formando a los agricultores del futuro en el cuidado del medio ambiente y en la sostenibilidad de sus explotaciones.