Según la información proporcionada por el Instituto Brasileño de Olivicultura - IBRAOLIVA, que agrupa a toda la cadena del aceite de oliva en Brasil, la cosecha de olivas 2020/2021 en Rio Grande do Sul, que normalmente alcanza su punto máximo en marzo y abril, podría adelantarse. Los olivares se encuentran en etapa de fructificación y, en parte, la maduración está avanzada. Si el clima colabora, las variedades más tempranas, como Manzanilla y Arbequina, deberían estar listas para la recolección a mediados de este mes de enero.

La expectativa inicial de los productores para 2020 era repetir la excelente cosecha de 2019, que tuvo un volumen récord de 1,5 millones de kilos de aceitunas, con unos rendimientos de 230 mil litros de aceite de oliva, pero su evolución ha supuesto una revisión a la baja de los datos de producción. Como señala Fabrício Carlotto, director técnico del Instituto Brasileño de Olivicultura (Ibraoliva), “Superaremos la baja producción de 2020, cuando cosechamos 450 toneladas y producimos 48 mil litros de aceite de excelente calidad. Una vez más, el clima cambió nuestros planes ”.

La causa princial de estos bajos rendimientos ha sido debida a un desajuste que fue decisivo en la polinización. “La floración fue muy buena, excepto que ocurrió en diferentes momentos en las dos variedades principales. Arbequina estuvo en flor durante 15 días, pero sin que nadie la polinizara, porque Arbosana no floreció junta. Además, en algunos lugares la lluvia ha perjudicado la polinización y, en consecuencia, la recolección de la oliva”, explica Carlotto. También contribuyeron otros factores climáticos, como grandes variaciones de temperatura durante el invierno y episodios de frío durante la floración y después de la recolección.

Pero la perspectiva de la campaña 2020/2021 contrasta notablemente con respecto a la anterior campaña debido, a que este año 2021 es la primera cosecha para un número importante de propiedades, como la del presidente de Ibraoliva, Paulo Marchioretto, en Encruzilhada do Sul (RS). “Estos son olivares iniciados en 2017, que están en su cuarto año y comenzarán a producir ahora, tenemos varios en esta situación. Es una compensación, ha bajado la cantidad de fruto en los olivos pero está aumentando el número de olivares que ofrecen el fruto, esto también contribuye a un aumento de la producción ”, celebra.

Según los datos publicados por la Secretaría de Estado de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (Seapdr) del gobierno de Rio Grande do Sul, tiene cerca de seis mil hectáreas sembradas, pero esta cifra probablemente ya se ha superado. “El cultivo del olivo crece exponencialmente, cada semana aprendemos sobre la expansión del olivar, o de alguien que está invirtiendo en el campo. La información de los cultivos confirma el aumento de superficie. Creo que estamos cerca de las siete mil hectáreas ”, calcula Marchioretto.

Las condiciones climáticas de 2020 han ayudado a mejorar está situación que ha preocupado mucho a los productores de la zona, sobre todo por la deriva del herbicida 2,4-D, aplicado a los cultivos de soja. “La falta de lluvia retrasó la siembra de la soja y, en consecuencia, el producto se aplicó más tarde. Así, los olivos tuvieron tiempo de florecer ante las aplicaciones del agroquímico. Hasta ahora, tenemos situaciones puntuales, en al menos tres propiedades. El único caso confirmado por el informe de la Secretaría, hasta el momento, fue en São Sepé ”, revela la directora técnica Carlotto. Situación que debe ser notificada a las autoridades para que los técnicos puedan recolectar las muestras, para su posterior análisis.

La zona de Serra da Mantiqueira, zona montañosa con olivares en producción situada entre los estados de Minas Gerais, Río de Janeiro y São Paulo, han realizado la recolección de la aceituna en diciembre y el aceite ya está disponible, lo mismo ha ocurrido en el municipio de Maria da Fé (MG). “La concurrencia de dos cosechas en un mismo año nos sorprendió, nunca imaginamos que podría pasar en nuestro país. La accidentada geografía dificulta el trabajo de las aproximadamente tres mil hectáreas cultivadas en Mantiqueira. El invierno se da por la altitud y la temporada de lluvias bien definida. Las condiciones climáticas y de cultivo, como el suelo, son muy diferentes a las que tenemos en el Sur. Podemos decir que son olivares diferentes, a pesar de estar en el mismo país ”, apunta Carlotto.

El mercado del aceite de oliva en Brasil cuenta actualmente con 100 marcas de AOVE producidas por 330 olivareros. El crecimiento del sector supera el 30% anual, siendo un sector que han diversificado con otros productos como y realizando mezclas con chocolate, té, productos de belleza y artículos de madera.

Rio Grande do Sul cuenta con alrededor de 35 marcas y representa el 70% de la producción nacional. El municipio de Encruzilhada do Sul es el de mayor superficie plantada, con 42 olivares en más de 1.000 hectáreas plantadas.