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Un estudio publicado en la revista Agricultural Water Management, ha comprobado que la capacidad de generar y transmitir corrientes eléctricas (conductividad) del suelo en un olivar de secano mide su humedad. La técnica permitirá en los olivares de regadío ajustar la cantidad de agua necesaria para elevar el rendimiento en aceitunas, y supera el procedimiento anterior de regar de forma homogénea la parcela.
El artículo de investigación "Concurrent variability of soil moisture and apparent electrical conductivity in the proximity of olive trees", realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Córdoba, en colaboración con el IFAPA (Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera) de Alameda del Obispo, han desarrollado este método, aplicado a cultivos de regadío, que mejorará el rendimiento del agua utilizada en la parcela, al evitar distribuirla por lugares que la necesitan menos, como hasta ahora.
El procedimiento es más eficiente porque el sensor para medir la humedad no debe introducirse en el suelo y aporta resultados más precisos. Las diferentes pruebas realizadas en una de las parcelas del IFAPA cordobés han logrado un modelo de equivalencias entre el nivel de conductividad y la humedad presente. El estudio permite disponer de mapas a escala de parcela de la humedad del suelo y, por tanto, mayor información para el manejo del agua en el olivar.
Una de las conclusiones es que la distancia al árbol marca diferencias en los dos parámetros. Tomaron datos junto al tronco y en puntos alejados de olivos para encontrar que, en verano, bajo la copa, al proteger la sombra se eleva la humedad respecto al entorno. En primavera es menor, ya que el árbol requiere más agua para la floración y aparición de frutos.
En estudios anteriores a éste se daba un tratamiento igual a lo que ocurría debajo de la copa de un olivo y en las calles del cultivo. Esto provocaba errores a la hora de calcular la cantidad de agua que hay almacenada, especialmente en épocas críticas para el cultivo por escasez, o por la mayor demanda del árbol. “Nosotros planteamos que resulta más rápido, fácil y económico midiendo con sensores la humedad del suelo mediante la conductividad eléctrica en pocos puntos de una parcela”, afirma el investigador del Grupo de Hidrología e Hidráulica Agrícola de la Universidad de Córdoba Gonzalo Martínez y autor del estudio.
La duración del estudio es de cuatro años, hasta 2024, y trabajan en las siguientes fases con investigadores de la Universidad de Lisboa y de la Universidad de Nueva Gales del sur en Australia. Ha recibido financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación a través de la Agencia Estatal de Investigación.