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La reiteración y gravedad de los fenómenos meteorológicos registrados en España en lo que va de año, ha provocado que la cantidad de las indemnizaciones a abonar por Agroseguro por los siniestros producidos entre enero y septiembre de 2021 se eleva hasta los 626,4 millones de euros, un 6,7% más que en todo el año 2020.
La Península Ibérica ha sufrido el paso de varias borrascas intensas, temperaturas históricamente extremas en varios momentos del año (heladas entre enero y abril, con un mes de febrero de temperaturas suaves que favoreció el adelanto en el desarrollo de diversas producciones que luego se vieron afectadas por las heladas primaverales) o una fuerte ola de calor en agosto. Además, los temporales de viento, tormentas de pedrisco o las DANA del verano –que ya no son gotas frías localizadas en zonas concretas, sino que descargan trombas de agua y pedrisco en amplias zonas de manera simultánea–, terminaron por conformar una temporada estival muy complicada para el campo. Todo ello dará como resultado que el año 2021 termine como uno de los ejercicios de mayor siniestralidad para el sistema español de seguros agrarios.
Por lo tanto, la producción que ha registrado mayores indemnizaciones durante el año actual son los frutales, con 145 millones de euros, como consecuencia de las graves heladas producidas durante los meses de marzo y abril –con especial incidencia en el valle del Ebro– y de las tormentas de pedrisco del verano sobre las variedades de fruta de producción estival.
Las heladas de los cuatro primeros meses del año provocaron, además, importantes daños en la última campaña de cítricos, y en especial en las variedades más tardías. Asimismo, los temporales de viento registrados entre febrero y abril terminaron por agravar los siniestros. Las indemnizaciones, una vez cerrada la cosecha, se han situado por encima de los 75 millones de euros.
Por su parte, el olivar acumula 9,7 millones en daños durante 2021, principalmente por los siniestros causados por los temporales del invierno y el paso de la borrasca Filomena, así como por los graves y numerosos pedriscos caídos durante agosto y septiembre.
Por su parte, los cultivos herbáceos extensivos (cereales, leguminosas, oleaginosas, arroz) han registrado indemnizaciones por valor de 62,4 millones de euros.
En el caso de la uva de vino, los daños sufridos sitúan las indemnizaciones en 84 millones, la cifra más elevada de los últimos años. La producción vitivinícola nacional se ha visto afectada por las heladas de abril –con grave impacto sobre las comarcas de Ribera del Duero– y las tormentas de pedrisco de la primavera y el verano. Gran parte de las indemnizaciones corresponden a Castilla-La Mancha (una de las principales zonas productoras), tras sufrir el paso de una tormenta de pedrisco y posteriormente una DANA durante la última semana de agosto, cuando el viñedo ya estaba preparado para iniciar la cosecha. Además, una segunda DANA dejo daños importantes a mediados de septiembre, coincidiendo con la vendimia de variedades tardías.
En cuanto a las hortalizas, otra de las principales producciones de la agricultura española, también han sufrido el impacto de las constantes adversidades climáticas: heladas, lluvias y pedriscos, con indemnizaciones estimadas para los productores asegurados de 77,3 millones hasta el mes de septiembre.
Asimismo, destacan los daños sufridos por los frutos secos, en especial el almendro, que se sitúan en 19,5 millones de euros debido, asimismo, a las heladas de marzo y a los pedriscos primaverales y estivales. El plátano de Canarias, además, roza los 10 millones como consecuencia del paso de una ola de calor y viento en La Palma en el mes de agosto. Estas indemnizaciones fueron abonadas la pasada semana, con más de 9 meses de adelanto a la fecha habitual, como forma de apoyo y sensibilización con los productores afectados por el volcán de Cumbre Vieja.
Estas cifras constatan cómo el cambio climático se traduce en un aumento de los fenómenos meteorológicos graves que ponen en riesgo el futuro de las explotaciones agrícolas y ganaderas. Las últimas semanas dan buena muestra de esta preocupante realidad climática: tras un mes de septiembre repleto de tormentas de lluvia, viento y pedrisco e indemnizaciones superiores a los 74 millones, octubre viene marcado por una clara ausencia de precipitaciones, nada beneficiosa para las producciones que se encuentran en desarrollo. Una circunstancia importante, porque el tramo final del año es fundamental para gran parte de las principales producciones agrícolas españolas.
Ahora es el momento de suscribir las modalidades de otoño de los seguros de herbáceos extensivos (cereales, leguminosas, oleaginosas, arroz) uva de vino, olivar, ajo o frutos secos, que incluyen protección frente a todos los riesgos, entre ellos la sequía, la helada o el pedrisco, muy frecuentes en los últimos años.