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LIFE Resilience, proyecto cofinanciado por el programa LIFE de la Unión Europea (UE), cuyo principal objetivo es la prevención de Xylella Fastidiosa en explotaciones de alta densidad tanto de olivar como de almendro; cerraba el 2021 habiendo realizado grandes trabajos mediante el desarrollo de genotipos de plantas productivas y resistentes a patógenos y aplicando prácticas e innovaciones en métodos naturales de control de vectores para prevenir los efectos negativos de esta bacteria.
Así lo explica la directora del proyecto, Teresa Carrillo, quien afirma que “hoy en día, hemos conseguido avanzar alcanzando hitos tan importantes como saber que hay muchos y diversos tipos de Xylella, por lo que el camino a seguir es el de la prevención, las buenas prácticas agronómicas y, sobre todo, el monitoreo constante para limitar la propagación de esta bacteria y otras enfermedades”.
Además, durante el pasado año los nueve socios del proyecto LIFE Resilience, Galpagro, Universidad de Córdoba, Agrifood Comunicación, Greenfield by Agrodrone, ASAJA Nacional, Nutriprado, SAHC-Sociedad Agrícola de Herdade do Charqueirao, S.A.; Gruppo Salov y el Istituto per la Valorizzazione del Legno e delle Specie Arboree (IVALSA), perteneciente al Consiglio Nazionale Delle Ricerche de Italia han trabajado intensamente en la difusión tanto de las buenas prácticas que los agricultores han de seguir para proteger sus cultivos, como de las mejoras varietales que se han producido mediante la aplicación de las recomendaciones técnicas descubiertas a través de la parte de desarrollo del proyecto.
En concreto, algunos de los avances más destacados son el desarrollo de un sistema de control de insectos para conocer quienes portan la bacteria, ubicado en la finca experimental de Italia; los beneficios obtenidos de las pruebas con cubiertas vegetales y su aportación en la prevención de Xylella Fastidiosa y en la lucha contra el cambio climático; y la mejora de las condiciones y la resiliencia de los árboles en su lucha contra la bacteria en Portugal.
Del mismo modo, el proyecto Life Resilience celebraba el pasado año diferentes jornadas online en las que se compartieron herramientas y tecnologías para la sostenibilidad de los cultivos. Bajo el título "Biodiversidad y control de plagas con cajas nido y hoteles de insectos’" este encuentro supuso una apuesta por la instalación de estas herramientas sostenibles en las zonas de cultivo para fomentar el equilibrio biológico en el ecosistema y el control las plagas de forma natural. Igualmente, se llevó a cabo el webinar titulado "Agricultura Sostenible: uso eficiente del agua en los campos de olivo", en el que varios expertos analizaron los beneficios de la aplicación de buenas prácticas sostenibles de riego en los cultivos para reducir el consumo de agua, energía y emisiones de CO2 sin tener merma en la producción y obteniendo un beneficio en cuanto a la calidad del aceite de oliva.
Comprometidos con el cumplimiento de los ODS
Durante 2021, Life Resilience ha trabajado intensamente para lograr que los agricultores puedan adaptarse a las nuevas exigencias de la agricultura moderna, como es el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.
Y es que este proyecto europeo contribuye a cumplir con un buen número de las metas fijadas por Naciones Unidas para cada uno de sus ODS como, por ejemplo, una producción y consumo sostenible, la adopción de medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos o la gestión sostenible de los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad, entre otras.