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El mercado inmobiliario rústico se consolida como un activo de inversión seguro y diversificado, con una valorización del 41% desde 2020, en contraste con la caída del 10% del IBEX. Así lo revela el Informe de Coyuntura del Sector Inmobiliario Rústico 2023, elaborado por FINCALISTA, que ofrece un análisis detallado de las tendencias, precios y perspectivas del mercado de fincas rústicas en España.
Juan Prados, fundador de FINCALISTA, comenta: “Pese a la coyuntura del 2023, nuestro sector está en alza. Prueba de ello son los más de 5.000 millones de euros que han sido invertidos en los últimos años en España y Portugal; incluso se espera que la cifra se supere a medio plazo”. “Este es un sector en constante crecimiento, que genera importantes activos económicos y que, además, es motivo de interés de empresarios y agricultores que desean diversificar sus explotaciones”, añade.
Panorama de la tierra en España
El mercado inmobiliario urbano no ha logrado recuperarse completamente de la crisis de las subprime de 2008, con una caída del 30-35%. En contraste, el sector rústico ha mostrado una notable capacidad de recuperación, alcanzando niveles pre-crisis en 2022. Este dinamismo ha posicionado a la tierra como un activo de inversión robusto frente a las adversidades económicas.
España cuenta con una extensión total de 50,6 millones de hectáreas. De esta superficie, el 37% es forestal (19 millones de hectáreas), el 33,8% son tierras de cultivo (16,8 millones de hectáreas), el 16,5% corresponde a prados y pastizales, y el 12% a otras superficies. Galicia lidera en superficie forestal con un 61% de su territorio, mientras que Castilla-La Mancha se destaca por tener la mayor extensión de tierras cultivables, abarcando un 46% de su superficie.
El informe señala la pérdida de 250.000 hectáreas en los últimos años, un 1,5% de la superficie total. Además, el número de explotaciones agrarias ha disminuido en más de un 16% desde 2005, un fenómeno asociado a la concentración parcelaria y al envejecimiento de la población, con más de dos tercios de los propietarios mayores de 55 años.
Fincas de regadío versus secano
Los terrenos de regadío son los más demandados, a pesar de que solo representan el 22% de la agricultura en España, frente al 78% de secano. Este 22% de tierras de regadío genera el 65% de la producción agrícola, destacando la eficiencia y productividad de estos terrenos. La eficiencia en el uso del agua ha mejorado significativamente, con una reducción del 28% en el uso de riego por gravedad y un aumento del 71% en el riego localizado.
Crecimiento en la ganadería y sector forestal
La cría de porcinos ha crecido un 21,77% entre 2009 y 2020, mientras que la producción de pollos de engorde ha aumentado un 14,95%. En el sector forestal, a pesar de que el eucalipto y el chopo solo representan el 8% de la superficie de frondosas, sus cortas contribuyen con el 93% del volumen total de estas especies. La producción de corcho, aunque afectada por la sequía y el calor en 2021, sigue siendo un sector robusto con una facturación anual de 515 millones de euros.
Sector cinegético y energías renovables
El 87% de la superficie de España es territorio de caza, con Castilla y León y Castilla-La Mancha a la cabeza. La caza mayor y menor generan una facturación significativa, impulsada en gran parte por turistas extranjeros. En cuanto a energías renovables, se destinaron alrededor de 35.000 hectáreas a instalaciones fotovoltaicas en 2022, con un aumento notable en la producción de energía solar térmica y fotovoltaica.
Tendencias y expectativas de compra-venta
En 2022, Castilla y León lideró en la compra-venta de fincas rústicas, registrando un incremento del 12% en comparación con el año anterior. El valor medio de las tierras agrícolas aumentó ligeramente, aunque en términos reales experimentó una disminución debido a la inflación. El 61,1% de las transacciones fueron de compra-venta, reflejando una preferencia clara por la adquisición de tierras.
Desafíos y oportunidades
Las principales preocupaciones del sector incluyen la sequía, la falta de mano de obra, las altas exigencias medioambientales y los incendios forestales. Sin embargo, las expectativas de estabilidad y ligera apreciación de los precios sugieren un optimismo moderado entre los actores del mercado.