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El olivar español se encuentra ante la posibilidad de una campaña prometedora gracias a las condiciones climáticas favorables y una abundante floración, según señala José María Pedrero, técnico de AGR by De Prado.
La combinación de una extensa floración en el olivar junto con las precipitaciones registradas en marzo sugiere un panorama más alentador que en la temporada anterior. Sin embargo, el éxito de la próxima cosecha dependerá en gran medida del proceso de cuaje y las condiciones climáticas que prevalezcan en los próximos meses.
Pedrero destaca la importancia crucial de la fase actual de floración en la determinación del rendimiento futuro del olivar. La cantidad de flores fértiles por brote es un indicador clave para anticipar la calidad de la cosecha. Aunque una floración abundante es prometedora, las condiciones climáticas durante las próximas semanas serán determinantes para garantizar un adecuado proceso de cuaje.
La lluvia oportuna en marzo ha sido un factor positivo en comparación con el mismo período del año anterior, cuando la escasez de lluvias y las temperaturas elevadas representaron un desafío para el desarrollo del olivar. La humedad adecuada es esencial para el desarrollo óptimo de la flor, ya que garantiza el suministro adecuado de nutrientes y agua a la planta.
Pedrero explica que las altas temperaturas durante la floración pueden ser perjudiciales para el olivar, ya que pueden provocar la deshidratación de las flores y afectar negativamente al proceso de cuaje. Por lo tanto, las condiciones climáticas moderadas son fundamentales para proteger el desarrollo de las flores y maximizar el potencial productivo del olivar.
Por ello, aunque las perspectivas son alentadoras debido a la abundante floración y las condiciones climáticas favorables, la calidad y cantidad de la próxima cosecha dependerán en gran medida de cómo se desarrolle el proceso de cuaje en las próximas semana.