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La Misión Biológica de Galicia (MBG) en Pontevedra ha sido el escenario de la presentación del Grupo Operativo "Oliveiras de Galicia", un proyecto innovador que busca multiplicar a gran escala las variedades únicas de olivo autóctono gallego. El evento, que contó con la participación de alrededor de cincuenta personas, incluyó profesionales del sector, investigadores y particulares de toda Galicia, algunos de los cuales ya han mostrado interés en cultivar olivos autóctonos.
El Grupo Operativo, financiado con 179.652,68 euros por la convocatoria 2023 de las Ayudas para la ejecución de proyectos innovadores de los Grupos Operativos de la Asociación Europea de la Innovación (AEI), tiene como objetivo principal optimizar las técnicas de multiplicación mediante estaquillado clásico y micropropagación in vitro de 11 variedades únicas de olivos autóctonos gallegos.
La jornada técnica contó con la participación de diversos expertos, entre ellos representantes del grupo Viticultura, Olivo y Rosa (VIOR) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Fundación Juana de Vega, y la Xunta de Galicia. Durante el evento, se presentaron los avances en la identificación y descripción de las variedades autóctonas de olivo, así como los esfuerzos para iniciar estudios comparativos sobre su comportamiento agronómico en plantaciones experimentales en toda Galicia.
Oliveiras de Galicia
El Grupo Operativo, liderado por la Fundación Juana de Vega y conformado por la Misión Biológica de Galicia (CSIC) y las empresas Ouro de Quiroga y Olivar de la Concordia, también tiene como objetivo la recuperación de tierras agrarias actualmente abandonadas en muchas zonas de Galicia, mediante el cultivo del olivo autóctono.
“Entre los hitos que hemos alcanzado hasta el momento, figura la identificación y descripción unas 20 variedades autóctonas, la aprobación previa de dos de ellas en la lista de conservación (Brava gallega y Mansa gallega) y el inicio del registro en la lista de variedades comerciales de 11 a través de la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales (OCVV)”, explica Carmen Martínez Rodríguez, jefa del grupo VIOR.
“En cuanto a las 11 variedades de olivo autóctonas de Galicia, la comparación de sus perfiles moleculares y sus características botánicas con las descripciones y los perfiles que aparecen en la bibliografía o en diferentes bases de datos, ha permitido concluir que son distintas a las descritas en otros lugares del mundo. Por ello, hace ya un tiempo se ha iniciado el proceso de registro de nueve con los nombres: Brétema, Carapucho, Carmeliña, Folgueira, Maruxiña, Susiña, Hedreira, Xoana y Santiagueira a las que se irán añadiendo otros nombres próximamente”, añade la investigadora del CSIC.
El eco de estos trabajos y el reconocimiento oficial de Brava Gallega y Mansa Gallega ha sido el espaldarazo para una nueva generación de jóvenes agricultores, que intenta, desde hace unos años, recuperar estas zonas olivareras multiplicando los viejos olivos existentes a su alrededor, o incluso introduciendo variedades foráneas como Arbequina y Picual, que no están adaptadas a las características particulares de suelo y clima del Noroeste de España. De hecho, este interés se ha visto hoy entre el medio centenar de asistentes al evento.