Revista
Grupo Dcoop, ha anunciado una reducción significativa del 26,59% en su huella de carbono durante el último año, lo que equivale a una disminución de 24.589 toneladas de CO2e (dióxido de carbono equivalente) principalmente en sus operaciones industriales.
En este sentido, la sección de Aceite ha visto reducidas sus emisiones en un 54,41 %, con 60.390,68 toneladas de CO2e emitidas en 2021 frente a 27.530,99 toneladas de CO2e en 2022. Destaca la reducción de la huella de carbono en un 62.88% respecto al consumo de materiales auxiliares (tapones, cajas, etiquetas, entre otros), descendiendo de 52.054,54 toneladas de CO2e en 2021 y 19.319,80 toneladas de CO2e en 2022). En concreto, en 2022, se han implementado iniciativas destinadas a disminuir el gramaje del plástico y se ha llevado a cabo la sustitución de un importante porcentaje de envases plásticos por envases de vidrio. Hay que tener en cuenta que las emisiones asociadas a la producción de plástico superan en más del doble a las generadas por la producción de vidrio.
Es reseñable también el descenso de las emisiones en el consumo de combustible en camiones en la sección orujera. De esta manera, de 2021 a 2022 pasó de 156,79 toneladas de CO2e a tan solo 2,87 toneladas de CO2e, o lo que es lo mismo, una disminución significativa del 98,16 %.
Cálculo de la huella de carbono
El Grupo Dcoop, en su sólido compromiso con la sostenibilidad y en colaboración con Ecoterrae Global Solutions S.A., continúa trabajando en el cálculo de la huella de carbono de sus procesos industriales e implementando medidas orientadas a promover actuaciones sostenibles, que favorezcan la reducción paulatina de su huella de carbono a medio plazo.
A nivel metodológico, el cálculo ha sido verificado con éxito por SGS, de acuerdo al referencial UNE-EN ISO 14064-1:2019, estándar internacional de reconocido prestigio que además de aportar rigor al informe, eleva el nivel de exigencia al demandar una metodología concreta que permite evaluar qué emisiones indirectas son significativas mediante el establecimiento de criterios que determinen y justifiquen su significancia.
La Huella de Carbono nace como una medida de cuantificar y generar un indicador del impacto que una actividad o proceso tiene sobre el cambio climático. Esta se define como la totalidad de Gases de Efecto Invernadero (GEI) emitidos directa o indirectamente por un producto, servicio, organización o evento y se expresa en toneladas de CO2 equivalente. Los GEI se acumulan en la atmósfera y retienen parte del calor que emite la Tierra, contribuyendo, así, al calentamiento global y al cambio climático.