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El Ministerio de Agricultura y Ganadería (Mapa) de Brasil ha incautado alrededor de 9 mil botellas de aceite de oliva fraudulentas de una cadena de supermercados, durante un operativo de inspección realizado en noviembre, en los municipios de Paranaguá y Guaratuba, en la costa de Paraná. El producto fue identificado como aceite de oliva virgen extra de origen español, según se informa desde la página web de dicho Ministerio.
Durante la inspección se comprobaron dos tipos de tapones de cierre en las botellas del producto incautado y las cajas en las que estaban envasados presentaban inscripciones en portugués y sin identificación alguna del producto español. También se encontraron cajas que aparentemente eran utilizadas por los proveedores de las botellas vacías, utilizadas para envasar el aceite de oliva fraudulento.
Estas sospechas llamaron la atención del equipo del Servicio de Inspección de Productos de Origen Vegetal (SIPOV), de la Superintendencia de Agricultura y Ganadería de Paraná (SFA-PR), que realizaron la incautación de todas las mercancías y se recogieron muestras para enviar a la Agencia Federal, al Laboratório de Defensa Agropecuária em Goiás (LFDA-GO) para análisis de laboratorio físico-químicos para confirmar la identidad y calidad del producto.
Las muestras también fueron enviadas al Laboratorio de Resonancia Magnética Nuclear (LabRMN) de la Universidad Federal de Paraná (UFPR), donde fueron analizadas minuciosamente mediante la técnica de espectroscopia de resonancia magnética nuclear, que tiene la capacidad única de identificar la composición de los aceites vegetales, incluyendo aceite de oliva. Las pruebas se realizaron directamente sobre muestras del producto recogido, requiriendo apenas unos segundos para completar el análisis, demostrando que el producto no era aceite de oliva y que el aceite utilizado en el fraude era aceite de soja.
El informe también señala que las dos muestras con tapas de cierre de botellas diferentes tenían perfiles espectrales idénticos, lo que indica que ambas tenían el mismo origen.
Para el jefe del Servicio de Inspección de Productos de Origen Vegetal (SIPOV/PR), Fernando Augusto Mendes, estás acciones generan un resultado positivo para la sociedad, ya que retira del comercio un producto fraudulento elaborado en condiciones higiénico-sanitarias desconocidas, sin trazabilidad y lo que sin duda supone un grave riesgo para la salud de los consumidores. Además añade que, “también tiene un efecto positivo en el mercado al inhibir las prácticas desleales en el comercio de alimentos. En el caso del aceite de oliva, por los elevados valores que implica, este es un punto crítico para el sector”.
Los aceites de oliva se vendían a los consumidores a 29,99 reales por unidad, totalizando un valor de casi 300 mil reales en productos retirados del mercado, en una sola cadena de supermercados.