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A pesar de las últimas lluvias, la sequía sigue instalada en la mayor parte de la península Ibérica y, en particular, en el este de España. Ante la necesidad de reducir el consumo de agua, muchas miradas se dirigen al campo: el riego para la agricultura acumula el 80 % del gasto de agua del país. Sin embargo, el margen de mejora es muy alto y una parte importante de ese consumo podría reducirse mediante sistemas de riego más eficientes.
Ese es el desafío que tenían sobre la mesa los estudiantes de grado —murcianos, residentes en Suecia— de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) María Martínez, de Administración y Dirección de Empresas (ADE), y Fernando Carrasco, de Ingeniería Informática, cuando crearon Agrodit, una solución tecnológica diseñada para facilitar el control de los cultivos e implementar el riego hipereficiente en la agricultura con el objetivo de ahorrar costes y recursos. Agrodit fue el proyecto ganador del premio del jurado de la última edición del programa de emprendimiento SpinUOC, coordinado por la plataforma Hubbik.
Un sensor para mitigar los impactos de la sequía
La sequía es un componente natural del clima mediterráneo. Sin embargo, el cambio climático ha intensificado y extendido este fenómeno y la situación empeorará en el futuro cercano, según recoge el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC). Esta realidad coloca a las economías de la región en una situación delicada en la que tendrán que adaptar su consumo de agua a la disponibilidad de un recurso cada vez más escaso. Para lograrlo con éxito, tecnologías como la desarrollada por Agrodit pueden convertirse en un gran aliado.
"El uso de sensores de humedad y temperatura del suelo en la agricultura mejora el riego al proporcionar información precisa sobre las condiciones hídricas de los cultivos", explica María Martínez. "Nuestros sensores permiten a los agricultores medir la humedad del suelo en tiempo real y evitar el riego excesivo. También ayudan a identificar áreas con sequedad excesiva para aplicar riego adicional de forma precisa y evitar el desgaste del suelo y que este rompa su estructura. Con nuestra tecnología, dependiendo del tipo de cultivo, puede llegarse a ahorrar hasta un 50 % de agua de riego, regando solo cuando hace falta, la cantidad que el cultivo necesita".
La tecnología desarrollada por los dos estudiantes de la UOC se basa en sensores de humedad y temperatura que funcionan de forma autónoma y mediante energía solar, por lo que no necesitan ser recargados. Estos están conectados a una aplicación en la que se muestran los datos recabados y las predicciones meteorológicas para la zona y desde la que puede controlarse el riego de forma remota.