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El presidente de Italia Olivicola, Gennaro Sicolo, ha realizado un balance del año 2022 en el sector olivicola italiano, donde considera que, “Se cierra un año crítico para la olivicultura italiana que nos depara una campaña en la que se proyectan rendimientos negativos, también por la influencia de las adversas condiciones climáticas, y un sector en apuros por el aumento de los costes energéticos y las dificultades de abastecimiento de materiales, con un impacto preocupante por los efectos del conflicto ruso-ucraniano y los problemas que aquejan a la producción”.
Asimismo, prosigue, “Las inversiones que hemos realizado, para luchar contra la mosca y mejorar la gestión del olivar, nos dan esperanzas de un rendimiento cualitativamente bueno que puede mitigar algo los datos nacionales de cantidades que -hay que decirlo- siguen en línea con las expectativas de disponibilidad mundial”.
En este sentido, continua, “Trabajamos mucho durante el año para trasladar capacidades a los territorios con jornadas formativas, para iniciar caminos de innovación, como el proyecto experimental basado en el modelo blockchain que pretende reforzar el sistema de trazabilidad, o para empujar empresas asociadas a Italia Olivicultura a adquirir la certificación de sostenibilidad, abordar el tema de los Bonos de Carbono para que la olivicultura pueda empezar a alcanzar los objetivos ambientales que dictan las indicaciones que nos llegan desde la UE”.
2023
Respecto a 2023, señala “Aquí volveremos a empezar, a las puertas del nuevo año, cuando presentaremos los proyectos de la convocatoria del Ministerio de Agricultura y Soberanía Alimentaria que seguro nos verán inmersos en nuevas actividades encaminadas a la promoción y comercialización del aceite de oliva virgen extra de calidad. Lo haremos continuando fomentando el diálogo con las instituciones, con la política, con los demás actores de la cadena de suministro y explotando este nuevo protagonismo a nivel internacional, obtenido con la vicepresidencia del Comité Asesor del Consejo Oleícola Internacional -que no es un objetivo personal sino un patrimonio de todos- construir una nueva visión que sepa reconocer y potenciar aún más el papel de Italia dentro del área mediterránea”.
Así, concluye, “Debemos seguir avanzando, aprovechando al máximo las ambiciones del sector y asegurándonos de que 2023 sea el año del verdadero punto de inflexión para la olivicultura. En esta dirección, Italia Olivicola pretende estar, como siempre, a la vanguardia, junto a productores y operadores para garantizar los ingresos justos a quienes producen e impulsar la difusión de la cultura del aceite de calidad que, además de ser el elemento principal , es también embajador de las identidades de los territorios y de la "italianidad" que tanto envidiamos en el mundo”.