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La inflación, cuya cifra se situó en septiembre en el 12,7% en el segmento de la alimentación sin frescos perecederos, ha pasado a formar parte de nuestra rutina, conduciendonos a realizar cambios en la forma que consumimos y que explican la evolución de los mercados de Gran Consumo.
Según un nuevo estudio de la consultora Kantar, la situación económica actual nos ha conducido a comprar de diferente forma y a simplificar menús, así como a cambiar ingredientes, recetas o roles de productos.
Sin embargo, aún no renunciamos al placer por motivos de precio. El 44% de los encuestados afirma que, aunque ahorre en ciertas cosas, no renuncia a la compra de productos para ocasiones especiales o de capricho, y el 46% asegura que, a la hora de elegir un producto concreto, piensa en cuándo y por qué lo va a consumir. Y es que, según la consultora, el momento de la compra empieza mucho antes de entrar en la tienda, marcando la decisión final.
Asimismo, la inflación está provocando algunos cambios en los grandes hábitos domésticos. Ahora usamos menos el horno -un 9,8 menos de ocasiones de consumo semanales versus el año pasado-, y ajustamos más el precio del menú de entre semana, aunque los fines de semana no renunciamos a ocasiones de valor.
Aunque a nivel de ingestas por individuo comemos prácticamente lo mismo, desde 2019 los consumidores han abandonado una categoría promedio a la semana, lo cual impacta en la reducción del volumen de compra.
Pero estas no son las únicas variaciones observadas en el consumidor. “Los datos analizados también vislumbran cambios en las recetas y el tamaño de los menús, los ingredientes y los roles de los productos dentro de un mismo sector”, ha asegurado Rebeca Mella, experta en consumidor en Kantar, division Worldpanel. Respecto al tamaño de los menús, la consultora señala que el hecho de que haya más presencia de platos únicos se debe, en mayor proporción, a un tema de ahorro de tiempo y de dieta que a razones económicas.
En cuanto a los desayunos en particular, ahora son menos completos, sobre todo entre semana, aunque seguimos empezando el día con ocasiones generadoras de valor y con productos especiales, a pesar de su precio, que nos permiten disfrutar más de esta comida.
Por otro lado, ahora optamos por recetas más económicas para las diferentes ocasiones de consumo, sustituyendo productos o haciéndolas más simples, usando menos ingredientes en algunas comidas principales. “Un ejemplo de esta circunstancia nos lo da el aceite de girasol, que cada vez cuenta con más consumidores exclusivos a la semana, lo que hace que usemos menos el de oliva, sobre todo en algunos usos de frito”, ha explicado Mella.