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Con los precios de la energía y el combustible experimentando subidas inauditas, cada vez son más los agricultores que buscan soluciones de autoconsumo para poder sobrellevar los altos costes derivados de su actividad, como señalan en su espacio de sostenibilidad de BBVA. De hecho, según la Unión Española Fotovoltaica, en 2021 el sector agrario invirtió unos 60 millones de euros en autoconsumo energético, un gasto necesario para la transformación eficiente, rentable y sostenible que persiguen muchas empresas del sector a nivel nacional.
Una de estas compañías, que lleva ya años apostando por una transformación sostenible de su negocio, es la empresa oleícola Castillo de Canena. Tal y como afirma su CEO, Francisco Vañó, la empresa tiene un férreo compromiso con la tierra y con el entorno, ya que entienden que “el camino de la sostenibilidad, afortunadamente, es un camino que no tiene meta”, por lo que a lo largo de estos años no han dejado de implementar medidas con las que están logrando no sólo una empresa más respetuosa con el medioambiente, sino también más rentable.
A esa medida se le suman otras como la digitalización de toda su superficie agrícola. “En Castillo de Canena tienen controlados todos y cada uno de los olivos, de manera que le suministran el agua que necesita realmente cada uno de forma individual, funcionando en el momento oportuno y reduciendo consumos innecesarios”, comenta Juan Miguel Negri, experto en financiación y sostenibilidad de BBVA.
Además, este mecanismo tiene múltiples beneficios, porque también les permite obtener una aceituna final de mejor calidad, lo que a su vez premia al consumidor.
Eso sí, soluciones como éstas requieren una inversión que el agricultor debe interiorizar como un ahorro energético a largo plazo. En este sentido, desde BBVA mantienen que una de sus prioridades estratégicas es acompañar a sus clientes hacia este futuro más verde, eficiente e inclusivo.