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La Comisión Europea ha presentado dos propuestas medioambientales clave para restaurar la naturaleza a gran escala en Europa y reducir el uso de plaguicidas. La Ley de Restauración supone un hito ya que hará que los objetivos de restauración sean vinculantes para todos los Estados Miembros, y estarán obligados a restaurar al menos el 20% de la naturaleza para 2030. Y por otro lado, la revisión de la Directiva de Uso Sostenible de Plaguicidas apostará por una reducción histórica del empleo de químicos en el campo y blindará el objetivo de reducir en un 50% el uso de plaguicidas. Las propuestas pasarán ahora al Parlamento Europeo y al Consejo de la UE. Las organizaciones piden que ambas instituciones respalden plenamente los elementos positivos de estas propuestas y corrijan los puntos débiles.
Estas propuestas, que ya se anunciaron en 2020, debían haberse publicado el pasado mes de marzo, pero distintas presiones y la situación derivada de la invasión de Ucrania habían hecho peligrar la apuesta de la CE por estos importantes avances que permitirán implementar algunos de los objetivos más relevantes del Pacto Verde, y en particular de las Estrategias de Biodiversidad y Del Campo a la Mesa.
La propuesta de una nueva ley europea para restaurar la naturaleza es la norma más importante sobre biodiversidad desde que se aprobara en 1992 la Directiva de Hábitats. Aunque lejos de tener la suficiente ambición, las organizaciones ecologistas piden al Parlamento Europeo y el Consejo de la UE que se adopte e implemente urgentemente ya que puede convertirse en un verdadero catalizador para revertir la pérdida de biodiversidad y mitigar el cambio climático. Si bien, entre otras mejoras, debería definirse y orientarse más claramente la restauración de naturaleza en el paisaje agrario a lo largo del proceso de negociación que ahora se inicia, el borrador presentado supone ya un hito en términos de objetivos vinculantes para los Estados y el reconocimiento de la necesidad de revertir la degradación del medio natural urgentemente.
Por otro lado, la propuesta de la Comisión para actualizar la Directiva de Uso Sostenible de Plaguicidas, aprobada en 2009, plantea hacer vinculante el objetivo de disminuir un 50% el uso y riesgo de estos productos, de acuerdo a lo ya recogido en la Estrategia de la Granja a la Mesa e introduce peticiones históricas, como la de prohibir su uso general en zonas sensibles, como aquellas de importancia para la biodiversidad y las áreas verdes urbanas.
La reducción de químicos en el campo es una demanda histórica de la ciudadanía, organizaciones ambientales, consumidores y expertos en salud pública. Las organizaciones consideran que lejos de poner en riesgo la seguridad alimentaria, como alertan los lobbies agroindustriales en una visión económica y de corto plazo permitirá avanzar hacia un sistema alimentario sostenible que cuide de las personas que nos alimentan y preserve los servicios ecosistémicos clave para la producción de alimentos, como la polinización y el control natural de plagas.