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El proyecto-piloto “Cuenca del Guadalquivir. Afecciones de la erosión de los campos de cultivo en la agricultura, turbidez del río y sedimentación de los embalses y estuario. Implicaciones medioambientales, económicas y sociales y propuestas de mitigación”, presentado por la Autoridad Portuaria de Sevilla (APS), desarrolladas en el estuario del río Guadalquivir (periodo 2014-2017) por las universidades de Sevilla (US), Huelva (UHU), Málaga (UMA), Cádiz (UCA) y el CSIC, surge de las investigaciones conjuntas, cuyos principales objetivos se centraron en identificar problemas ambientales, en determinar su origen y en proponer medidas de remediación o mitigación.
Debido a la existencia de una elevada carga de sedimentos, de sólidos en suspensión y de niveles extremos de turbidez en períodos de intensas lluvias, se determinó que el principal origen de tales anomalías se encontraba posiblemente en los intensos procesos erosivos de los suelos de cultivo en ambas márgenes (con particular atención a los campos de olivos, muy vulnerables al respecto) y zonas adyacentes de moderada o acusada pendiente, proviniendo mayoritariamente de aguas arriba desde la presa de Alcalá del Río. Se propuso que, para afrontar y minimizar este grave problema, debería incentivarse un proyecto-piloto de experimentación con cubiertas vegetales, las cuales podrían contribuir eficazmente a la retención del suelo (como ya se ha determinado en importantes investigaciones al respecto) y, por tanto, a evitar su pérdida por erosión hídrica y, por extensión, a evitar los daños colaterales que puedan derivarse de ello, tanto ambientales como económicos.
Es por ello que se recomienda diseñar e implementar un plan de acción que evite en el futuro la pérdida insostenible de suelo en las plantaciones con cultivos leñosos en la cuenca mediante la protección natural de los suelos con cubiertas vegetales. Ello repercutirá directamente en la estabilización o disminución de la turbidez, en el aumento de la calidad ambiental de las aguas, en la retención de agua en los suelos y en su mayor almacenamiento en los embalses, así como en la disminución de la sedimentación tanto en éstos como en el estuario. Además, estas medidas repercutirán positivamente sobre la agricultura al reducir las pérdidas del suelo más fértil e incrementar la cantidad de agua disponible para los cultivos al reducirse la escorrentía superficial.
Por todo ello, la Autoridad Portuaria de Sevilla, Confederación Hidrográfica del Guadalquivir e IFAPA se han coordinado para liderar y promover un proyecto-piloto de investigación y transferencia centrado en cinco microcuencas experimentales de la cuenca del Guadalquivir y cinco embalses inherentes a las mismas, receptores de los principales arrastres.