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Las ventas de aceite de oliva se están "disparando" en Japón gracias a la expansión de su uso en los hogares del país oriental. El pasado año fiscal (abril de 2012-marzo de 2013), el volumen de comercialización aumentó un 20% a pesar de la baja cosecha de los principales productores mundiales. En concreto, en el periodo comprendido entre enero y junio de 2013, las importaciones de aceite de oliva español han alcanzados las 10.782 toneladas, cifra que supone un incremento del 25% en comparación con el mismo intervalo del curso anterior.
Este repunte, observado desde finales de marzo, se debe, por un lado, a la influencia de algunos programas televisivos sobre la salud que difunden los beneficios del oro líquido; por otro, a la revisión de los precios del aceite comestible realizada en abril.
Aunque las cifras no son tan relevantes como en el ámbito del consumo final de los hogares (que mueve 100.000 millones de yenes, unos 765 millones de euros), el consumo industrial también ha registrado avances importantes, lo que supondría alcanzar los 30.000 millones de yenes (230 millones de euros) en valor durante el año fiscal 2013.
Los productores de aceite atribuyen estas favorables condiciones a los esfuerzos de las empresas envasadoras y distribuidoras, además de la influencia televisiva. Actividades como la publicidad y la difusión de clases de cocina, junto a los cambios en la forma de exponer el producto en las tiendas para favorecer las ventas, están ayudando a posicionar el aceite de oliva como un ingrediente de uso cotidiano.
El grado de conocimiento del consumidor nipón no es suficientemente alto todavía, sobre todo fuera de las grandes ciudades; por ello, las productoras coinciden en la posibilidad de aumentar la demanda a través de actividades de promoción.