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Una empresa olivarera andaluza ya cuenta con una planta piloto capaz de convertir los alpechines (desechos del aceite de oliva) en calor y electricidad. La instalación, financiada con fondos europeos a través del proyecto BIOGAS2PEM-FC, se construyó el pasado noviembre y generará beneficios económicos y ambientales en la región andaluza, según publica el Servicio de Información Comunitario sobre Investigación y Desarrollo.
En BIOGAS2PEM-FC se concedió especial importancia al tratamiento de los residuos generados en la producción del aceite de oliva, especialmente dañinos para el medio ambiente y cuya eliminación resulta cara.
En este proyecto se estudió el desarrollo de tecnologías innovadoras con las que convertir los alpechines en electricidad. Se desarrolló así un subsistema en tres etapas, el primero de los cuales consiste en una reacción de digestión anaerobia con la que producir biogás a partir de los residuos. El proceso, utilizado a menudo para gestionar residuos y producir combustibles, se basa en el empleo de microorganismos para descomponer el material biodegradable en ausencia de oxígeno. La digestión anaerobia es un método para tratar residuos sólidos que permite estabilizar los residuos y obtener energía sin necesidad de pre-tratarlos.
El segundo paso implica la conversión del biogás en otro gas rico en hidrógeno, para convertirlo durante la última fase en electricidad mediante pilas de combustible que transforman la energía química del combustible en electricidad gracias a una reacción química basada en un agente oxidante como por ejemplo el oxígeno. En el proyecto se han unido las tres etapas para crear una planta de procesamiento de residuos con la que generar calor y electricidad para su uso en la propia almazara. Los investigadores participantes obtuvieron una subvención de 1,1 millones de euros del Séptimo Programa Marco y confían en que su innovación influirá positivamente en la producción de aceite de oliva.
En octubre se celebró en Málaga una reunión final del proyecto para revisar los logros y visitar la planta piloto. Como resultado se obtuvo un sistema de generación termoeléctrica modular, rentable y eficiente apto para la generación eléctrica distribuida e in situ a partir de residuos agrícolas. Además, la tecnología podría utilizarse para tratar otros tipos de residuos agrícolas y abrir paso así a una amplia gama de oportunidades comerciales.