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El país asiático presenta cifras macroeconómicas que lo hacen sumamente atractivo para la exportación, aunque la capacidad de consumo se manifiesta con cierta lentitud. Los canales de distribución resultan complejos y, por otra parte, los productos españoles son poco conocidos. Sin embargo, las oportunidades son identificables y, si hay un momento para aproximarse a ese mercado, es ahora, así lo señalan desde el Icex.
Según las previsiones de la consultora PwC, de aquí a 2050 será uno de los únicos tres países que registren una tasa media de crecimiento real del PIB superior al 5%. Para esa fecha, se espera que la economía vietnamita alcance el puesto 22 en la lista de las mayores economías del mundo, por delante de países como España, Sudáfrica o Australia.
El mercado vietnamita tiene varias características que lo hacen sumamente atractivo: una población de 90 millones de habitantes, el 42% de los cuales es menor de 25 años, y un crecimiento económico anual superior al 6%, que ha favorecido un considerable aumento del poder adquisitivo. La renta per cápita se estima que alcanzará los 5.800 dólares a finales de este año. Y la tasa de desempleo, se situará ligeramente por encima del 3%.
En cuanto a lo que respecta al aceite de oliva, en valor representa sólo el 0,6% del total del mercado vietnamita de grasas y aceites, con solo ocho millones de dólares. Pero no existe producción local, por lo que hay empresas vietnamitas que lo importan a granel para envasarlo localmente. España domina el mercado con una cuota del 44,2%, frente al 42,4% de Italia (datos de 2013). Mucho más lejos se sitúan Grecia, con un 7,9%, y Túnez, con un 1,2%.
Según datos del Icex, las exportaciones de aceite de oliva español alcanzaron un valor de tres millones de dólares en 2014, frente a los 2,5 de Italia. Durante los últimos años, las ventas de ambos países han experimentado una notable tendencia alza, aunque se observa un ritmo mayor de crecimiento en las del país transalpino, sobre todo a partir de 2013. En 2014, las exportaciones españolas experimentaron un incremento del 27,5% respecto a 2013. En cuanto a los siete primeros meses de 2015, las ventas han totalizado 1,35 millones de dólares, un 12% menos que en el mismo período del año anterior.
Aunque, todavía es un producto minoritario, la identificación que el consumidor vietnamita hace del aceite de oliva con España es total. Las referencias que aparecen en los medios de comunicación son siempre muy positivas, lo que no ocurre con los aceites italianos. Sin embargo, tal y como resaltan desde el Icex, dicha ventaja se ha visto contrarrestada últimamente por un cierto “hartazgo” de los importadores vietnamitas ante el bombardeo de ofertas de empresas españolas. La Ofecomes de España en Ho Chi Minh City ha recibido la petición de algunos de los distribuidores alimentarios más importantes de que no se les contacte para el aceite de oliva.
En cuanto a barreras comerciales, no son significativas. Al no existir producción local, el aceite de oliva disfruta de un arancel del 5% y no se le aplica ningún impuesto especial. El IVA es del 10%. Respecto a exigencias técnicas o fitosanitarias no hay inconvenientes destacables, más allá de los normales en cualquier mercado, si bien la legislación vietnamita sobre residuos de pesticidas en alimentos se encuentra actualmente en fase modificación.