Revista
El Tribunal de Justicia europeo ha anulado el acuerdo comercial de productos agrícolas y pesqueros entre la UE y Marruecos, solo en la parte que afecta al Sahara occidental porque Bruselas no verificó si la explotación de los recursos tenía impacto en la población del territorio. La sentencia del Tribunal se refiere a una decisión del Consejo (países de la UE) de marzo de 2012, sobre la conclusión de un acuerdo para liberalizar el comercio de productos agrícolas y pesqueros entre los Veintiocho y Marruecos.
Ante esta situación, las reacciones de las organizaciones agrarias españolas no se han hecho esperar. Desde COAG-Andalucía reclaman que se paralice la entrada de aceite de oliva procedente de este país. Actualmente, nuestro país es el principal importador de aceite de Marruecos, con más del 60%. La entrada de este producto en la UE está liberalizada desde la firma del Acuerdo con Marruecos, que se produjo en febrero de 2012. La entrada de aceituna de mesa ya estaba liberalizada desde 2003.
Además, dentro del denominado Plan Marruecos verde, se incluye un contrato-programa oleico (CPO) cuyo objetivo para 2020 es aumentar la superficie plantada de olivar, pasando de las 700.000 hectáreas actuales a 1,2 millones, aplicando esquemas intensivos y superintensivos. La liberalización concedida en 2012 no solo ha permitido que en la UE entre aceite de oliva producido en Marruecos, sino también el procedente de otros países de la zona, debido a la falta de control sobre el origen que figura en el etiquetado, circunstancia que COAG ha denunciado en diversas ocasiones, y que no permiten conocer con rigor dónde se ha producido el aceite. COAG Andalucía recordaba, a raíz de la propuesta de incrementar los contingentes procedentes de Túnez, que las entradas de aceite de oliva del Magreb afectan directamente al mercado, y no precisamente para estabilizarlo, ya que alteran discriminatoriamente la ley de oferta y demanda a favor de las distribuidoras y envasadoras que controlan el mercado del aceite de oliva. Con este tipo de acuerdos no se apoya a las economías locales ni a los productores, sino que se favorecen los intereses comerciales del lobby del aceite de oliva.
Por su parte, desde UPA señalan que la suspensión del acuerdo con Marruecos “es una muestra de que el acuerdo de libre comercio con el país africano está muy lejos de ser idóneo, recíproco y justo para las poblaciones de ambos bloques”. Según esta organización agraria los agricultores españoles “somos los grandes perjudicados por este acuerdo, gracias al cual grandes empresarios marroquíes inundan de productos hortícolas a bajo precio el mercado europeo”, ha insistido.