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Más de 200 especialistas en el estudio de los microorganismos fitopatógenos y en protección de cultivo procedentes de diferentes países participan desde ayer, 20 de junio, y hasta mañana, jueves 22, en el XV Congress of the Mediterranean Phytopathological Union, donde analizan los últimos resultados de la investigación en torno a la agricultura mediterránea. El encuentro era sido inaugurado en el salón de actos del Rectorado por la vicerrectora de Investigación de la UCO, María Teresa Roldán Arjona, el presidente de Mediterranean Phytopathological Union, Antonio Logrieco, y los presidentes del comité organizador del Congreso, Blanca Landa del Castillo y Antonio Di Prieto.
Este foro de debate tiene como reto compartir los últimos avances en seguridad alimentaria, en diagnóstico molecular y control de las enfermedades de cultivo o el impacto del cambio climático en los patógenos que lo causan, entre otros.
Uno de los puntos fuertes del congreso es la aparición de nuevos microorganismos patógenos en los cultivos mediterráneos como es el caso de la bacteria Xylella fastidiosa, que se ha convertido en una importante amenaza para el campo. Según ha explicado el copresidente del Comité organizador y catedrático de Genética de la UCO, Antonio Di Pietro, se trata de un patógeno nuevo que comenzó a atacar hace unos años en Italia y que afecta fundamentalmente al olivo. Esta bacteria ha llegado a Baleares y, según este especialista, más tarde o más temprano, podría llegar a Andalucía, causando estragos en el olivar andaluz.
En Italia, la Xylella ha provocado la poda de numerosos ejemplares de este tipo de árbol y en Andalucía “debemos estar preparados para su aparición, puesto que supone una gran amenaza para el sector agrícola”. Di Pietro ha señalado que en la UCO hay algunos grupos de investigación que estudian cómo esta bacteria produce la infección y buscan medidas para prevenirla y para actuar contra ella. Los últimos avances desvelan que es un insecto el que traslada la bacteria de un árbol a otro y, por tanto, la investigación se centra actualmente en controlarlo.
La seguridad alimentaria marcará también parte de las comunicaciones del XI Congreso. En este sentido, los participantes debatirán cómo cada vez son más la infecciones que se producen, no directamente en la planta cuando se cultiva en el campo, sino una vez que se recoge la cosecha y se almacena.
Para los expertos es fundamental perfeccionar la protección de la recolección para que no sea infectada por hongos, algo cada vez más frecuente en productos alimenticios como cereales o frutas. Para combatir estas infecciones provocadas por las toxinas que producen los hongos, las investigaciones se dirigen en la actualidad hacia el uso de sustancias naturales de control que no sean tan agresivas como los fungicidas que se aplican con tanta frecuencia. En este punto, los estudios avanzan en el uso de tratamientos con microorganismos beneficiosos que protegen el cultivo de nuevos patógenos y, o más importante, del crecimiento y avance de estos.