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Ahora está de moda, pero Hacienda Queiles lleva recogiendo el fruto de sus olivos a principios de noviembre, desde el año 2000, trabajando en lo que se denomina recolección temprana. “En su día nos tacharon de locos y ahora es una práctica que recomienda todo el mundo”, nos comenta David Solana, gerente de esta compañía navarra en una entrevista para OLEO Revista, en la que nos explica cómo trabajan para conseguir un AOVE con varios premios a nivel nacional e internacional.
El AOVE obtenido por Hacienda Queiles se obtiene de una superficie de 60 hectáreas con 20.000 olivos plantados en modalidad ecológica, en un marco de plantación de 5x7, ubicados en el Valle del Queiles, Tudela (Navarra). La mayoría corresponde a la variedad arbequina “aunque tenemos también una pequeña parte de la variedad arróniz, autóctona de Navarra”, explica David Solana, gerente de la compañía.
De ellos, esta campaña 2017/2018 se extraerán entre 65.000 y 70.000 litros, una cantidad similar a la obtenida en la campaña pasada, con los que elaborarán sus dos marcas, Abbae de Queiles, 100% arbequino, y Alhema de Queiles, con un pequeño porcentaje de arróniz.
En el olivar, los responsables de la compañía controlan todo el proceso, “llevamos la olivicultura con medios propios, recolectamos mediante vibración de tronco en el momento que creemos más óptimo de maduración del fruto, que suele ser cuando está bastante verde, a principios de noviembre”, explica su gerente.
Destaca que “en los últimos años ha habido una evolución hacia la producción de aceites mega verdes”, y recuerda que en Hacienda Queiles fueron los precursores de esta práctica allá por el año 2000. “Entonces nos tacharon de locos, nos decían que el rendimiento era bajo, mientras que ahora todo el mundo lo recomienda”. Considera que en algunos casos se realiza una recolección “demasiado temprana, con dificultades en la extracción y consiguiendo unos atributos desvirtuados”, de modo que, desde su punto de vista, “no se saca toda la expresión del aceite de oliva y eso hace que, como nuestro AOVE ni pica ni amarga, se nos considere frutado maduro, cuando tenemos un aceite fresco, amable tiende a aromas herbales y a hoja”.
En los olivares de Hacienda Queiles la recolección se realiza en los primeros días de noviembre, “hay que tener en cuenta que al estar en el norte de España tenemos una recolección más tardía, unos 15 días respecto al sur, y lo hacemos cuando la maduración, de 1 a 10, está 2,7”, explica Solana. Desde su punto de vista, “no tiene sentido iniciar la recogida a finales de septiembre, como se hace en algunas zonas, ya que están recogiendo y molturando con temperaturas exteriores que superan los 30 grados y eso perjudica la calidad del fruto”. Así, añade, “en lugar de calentar la pasta tienen que buscar la forma de refrigerarla y es por ello por lo que realizan la recolección de noche, cuando las temperaturas no son tan altas como por el día”.
Puede leer la entrevista completa en el número 170 de Óleo Revista.