Revista
El rector de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo Cabrerizo, y el presidente de Bodegas Familiares Matarromera, Carlos Moro, han firmado un acuerdo para colaborar en un proyecto que se encuentra coordinado por la profesora de la UVa Rocío Aller. La investigación está dirigida a comparar la dieta mediterránea rica en aceite de oliva y frutos secos frente a la dieta hipograsa en pacientes con enfermedad hepática metabólica grasa (EHMG).
Dicho estudio se llevará a cabo dentro de la labor que desarrolla el Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición (CIENC), dependiente de la Universidad de Valladolid, y que se encuentra dirigido por el catedrático Daniel de Luis, delegado del rector para las Ciencias de la Salud. Asimismo, este acuerdo fortalece la trayectoria de colaboración entre la UVa y Matarromera, empresa que se caracteriza por su I+D+i en diferentes sectores de la alimentación, como el vino, el aceite, extractos de uva o el vino sin alcohol.
El proyecto analizará la actividad que el aceite de oliva extra producido por Bodegas Matarromera en su almazara (Oliduero) tiene sobre el metabolismo y el daño hepático en pacientes con hígado graso.
Tal y como ha explicado la investigadora principal, Rocío Aller, “actualmente la enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA) es la causa más frecuente de hepatopatía crónica en nuestro medio y alcanza el rango de epidemia. Además, su incidencia y prevalencia van en aumento asociado al incremento de la obesidad en nuestro medio tanto en la población general como en la población pediátrica”. Afecta a entre el 25 y el 30% de la población, con una incidencia anual de unos 2 casos nuevos /100 pacientes/año siendo más frecuente en otras patologías cuya prevalencia también van en aumento como la diabetes mellitus y el síndrome metabólico que también han experimentado un incremento en su prevalencia en las últimas décadas.
La experiencia basada en estudios científicos pone de manifiesto que si bien la pérdida de peso es la piedra angular del tratamiento, conseguida mediante modificación en los hábitos de vida con una dieta basada en patrón mediterráneo y ejercicio físico, la realidad en la práctica clínica es la falta de adherencia a estas recomendaciones, “consiguiendo solo un 10% de los pacientes perder el 10% de peso necesario para poder mejorar la fibrosis asociada a la EHGNA. Son necesarios más estudios con dietas basadas en la composición de macro y micronutrientes que aporten un beneficio adicional en la evolución de la EHGNA más allá de la pérdida de peso”, añade la profesora Aller.
La Dieta Mediterránea ha demostrado en varios estudios su eficacia en la prevención y tratamiento de la enfermedad de hígado graso no alcohólico y en especial se debe a la presencia del aceite de oliva con propiedades antioxidantes, rica en omega 9, vitamina E y que ha demostrado modular la expresión génica de la inflamación.