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En diciembre del año pasado se celebró en la ciudad de Amberes un seminario EIP-AGRI en el cual se discutieron "Estrategias multinivel para digitalizar la agricultura y las zonas rurales". En él participaron 143 expertos de 25 países. Nueve meses después, se ha publicado el informe de aquel seminario que brinda 12 ideas para construir estrategias digitales efectivas, 8 desafíos a considerar al desarrollar la estrategia y 8 acciones prioritarias para avanzarlas.
Entre las ideas de desarrollar, el documento cita conceptos fundamentales como la formación, la infrastructura, los datos abiertos, la investigación, la transparencia o la comunicación. Clave es, también, realizar un buen análisis de la brecha digital y construir un ecosistema digital inclusivo y adaptado a las implicaciones socioeconómicas de cada comunidad rural. ¿Cómo? A través de modelos de negocio económicamente viables y atractivos, adaptados a cada contexto local, a las diferentes escalas de agricultura y a los nichos de mercado. Para ello, es necesario el acceso a los adecuados instrumentos financieros y una implementación bien realizada, con un liderazgo claro, presupuestos y hoja de ruta acordada.
Todas estas acciones, claro, conllevan sus propios desafios. La viabilidad económica viene determinada por la disponibilidad de los instrumentos financieros, que hay que luchar por hacer accesibles. Adaptar las infrastructuras a todos los cambios requiere también el compromiso de todos los actores. Implicar a la población local, dotar de valor añadido el nuevo ecosistema apostando por la colaboración, y hacerlo siempre teniendo en cuenta el punto de vista de la sostenibilidad y otros valores como la privacidad o la protección de datos. Hete aquí el mayor desafío de la cuestión.
¿Cómo empezar? ¿Qué acciones prioritarias debemos tomar en cuenta? Antes que nada, compararse con otros contextos similares y casos de éxito. Considerar las brechas existentes e identificar las prioridades de digitalización a partir de los objetivos de la PAC. A partir de ahí, fomentar el conocimiento y el aprendizaje, la comunicación y la participación, definir y desarrollar modelos estratégicos de gobernanza. Todo ello, garantizando estrategias multinivel que vayan más allá de la agricultura, y que establezcan sinergias con otros sectores.