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Investigadores andaluces del CSIC y del centro Ifapa Las Torres de Sevilla han demostrado que usar aguas procedentes del tratamiento de las olivas como abono mejora los resultados de los cultivos, tanto en tamaño como en rendimiento. Los científicos han empleado como biofertilizante líquidos procedentes del proceso de obtención de las variedades Hojiblanca y Manzanilla, obteniendo excelentes resultados.
Los investigadores aplicaron el biofertilizante a cuatro cultivos: pimiento, tomate, fresa y pepino. En todos hallaron un aumento del crecimiento de la planta y el tamaño del fruto en, al menos, un 20%. En el caso de la fresa, además, se notó un descenso de la infección del oidio, de orígen fúngico, de hasta un 30%. Los resultados del trabajo, desarrollado en macetas en invernadero, concluyen que pueden sustituir a los fertilizantes tradicionales, previo ajuste a la normativa del sector y cuando demuestren su efectividad en ensayos de campo.
Hasta ahora los agricultores han utilizado, y sólo para riego, otras aguas procedentes de la elaboración de aceitunas de mesa, pero no las dos investigadas en este trabajo. El estudio, por tanto, tiene una gran trascendencia y plantea una posibilidad más de aplicar biofertilizantes generados de forma natural por la industria de la aceituna de mesa.